Opinión

Ley de Reestructuración

Ley de Reestructuración

En un país como el nuestro donde parte del día a día de hacer negocios suele implicar ser defraudado por deudores irresponsables, ser abrumado hasta la liquidación por acreedores rapaces, ver la empresa sucumbir ante la imposibilidad de ciertos pasivos laborales y donde la insolvencia o iliquidez de un negocio cuelga ante estos como fantasma debido a cualquier contingencia, la aprobación de la Ley de Reestructuración y Liquidación Judicial de Empresas y Personas Comerciantes trae un enorme respiro a deudores y acreedores, mejorando de forma significativa el ambiente de hacer negocios en la República Dominicana.

Hasta este año, la quiebra y todo el proceso alrededor de esta giraba alrededor de un procedimiento de escaso uso establecido en el Código de Comercio del Siglo XIX. El desconocimiento de la norma por abogados y jueces, así como el infundado estigma alrededor de la figura limitó su legítimo uso a ciertos casos muy específicos llevados por abogados aventureros, afectados por el desconocimiento de la norma y las naturales lagunas que 150 años de desuso suelen conllevar.

La Ley de Reestructuración y Liquidación Judicial de Empresas y Personas Comerciantes trae un cambio drástico, quizás demasiado drástico, a esa realidad para atender una necesidad latente por décadas en el comercio de nuestro país.

Una ley cuyo objetivo es buscar la sostenibilidad de negocios, y por ende de los empleos que han creado, en períodos donde por cualquier razón lícita su rentabilidad o liquidez es impactada ha sido una necesidad desde hace mucho tiempo. Un proceso que si bien protege a las empresas deudoras de la agresividad para el cobro de sus acreedores, pero que al mismo tiempo protege los derechos de los acreedores de una rápida insolvencia de su deudor, que adicionalmente preserva la existencia del negocio viene a normalizar una situación de perenne incertidumbre en el clima de negocios local.

De esta ley es posible realizar docenas de tesis sobre todos los aspectos que toca y la forma que reconfigura muchas figuras jurídicas ya antes conocidas. Aunque ciertamente está abierta a muchas críticas, en este momento no puedo evitar sentir alivio porque finalmente dimos un primer paso.

El Nacional

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