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Lo que pasó después del asesinato de Luis Vigoreaux

Lo que pasó después del asesinato de  Luis Vigoreaux

El 18 de enero de 1983 no hubiera resultado distinto para las miles de personas que escuchaban diariamente el programa “Buenos días, Puerto Rico”, del productor Luis Vigoreaux. En la ocasión la emisora Radio Rock, por donde se transmitía tenía música instrumental en lugar de las acostumbradas ocurrencias del productor de TV.

A media mañana ya se sabía que durante la noche anterior el automóvil de Luis había aparecido quemado en un sector del poblado de Cupey. En el baúl se encontró un cuerpo calcinado en tal forma que estaba irreconocible.

Entonces, la pregunta era ¿Se trata del animador de televisión, o de otra persona? Hubo quienes sembraron la esperanza, entre ellos, el periodista Luis Francisco Ojeda, a través de WAPA-TV, pero la realidad fue más certera y se impuso: el dictamen de los patólogos confirmaba que se trataba del cuerpo de Vigoreaux. ¿Qué pasó?.. ¿Cómo es posible que un hombre de su categoría, con una aparentemente límpida existencia pública, pudiera morir de esa forma, como si se tratase de un vulgar criminal? Hacia menos de 24 horas que Luis había penetrado a miles de hogares dominicanos y puertorriqueños como animador del Show del Mediodía”. Nadie, absolutamente nadie, imaginó que ese mismo día 17 de enero, sería asesinado en forma tan brutal.

Luego de confirmarse la muerte de Vigoreaux, un mar de especulaciones comenzó a tejerse. Los comentarios eran múltiples y crecía como bolas de nieve bajando una empinada pendiente. Se habló de negocios turbios, de vínculos con la mafia, de una deuda incumplida, de disputas entre productores de televisión y, finalmente, de un crimen pasional.

Precisamente Luis habría sido interceptado por sus asesinos en horas tempranas de la noche, tras concluir una reunión con su esposa Lidia Echevarría, de quien se proponía divorciarse, y los abogados de ambos, relacionada con la división de bienes y a los acuerdos económicos sobre manutención para sus dos hijas menores. ¿Sería Lidia capaz de pagar para que se provocara una muerte tan horrenda a la persona con la que había compartido más de una veintena de años de vida, constituyendo uno de los matrimonios más sólidos y ejemplares del ambiente artístico de Puerto Rico?.

Las descripciones de la autopsia realizada por el patólogo forense, Rafael Criado, fueron escalofriantes:
“Esto fue una especie de tortura china. Le llevé a Rayos X en patología y con una cámara portátil se demostró que tenía el cráneo fracturado como si le hubieran dado un tubazo. Tenía las fracturas típicas de explosión cuando se carboniza una persona. Anoche examiné el cadáver.

El hombre llevaba tres horas muerto, más o menos. Había muerto en el interior del baúl del carro al ser localizado con el cadáver”. Expresa el informe del forense: “Al animador y productor de WAPA TV lo habían quemado cuando aún estaba vivo, pues había aspirado humo y partículas extrañas de carbonilla.”

La vida privada de Luis, a sus 54 años de edad, se había vuelto turbulenta. Su separación de Lidia y su noviazgo con Nidia Castillo acapararon titulares de una serie de incidentes surgidos como resultado del triángulo amoroso. Y aunque muchas personas especularon sobre la posibilidad de que el crimen fuera pasional, su viuda (Lidia) estaba abatida en el velorio y también estuvo inconsolable en el entierro.

Posterior a ese momento, se alegó que Lidia gestionó en persona el asesinato de su esposo. El secretario de Justicia, Nelson Martínez Acosta, ordenó el arresto de la actriz, a quienes fijaron una fianza de 600 mil dólares (seis casos en su contra). Se dijo entonces que Lidia había ofrecido a varias personas, entre ellas al teniente de la Policía Julio César Andrades, un contrato para que matara a Vigoreaux.

Al producirse el cambio de Gobierno, tras la derrota de Carlos Romeo Barceló, en las elecciones de noviembre de 1984, y después de la toma de posesión de Rafael Hernández Colón, el nuevo secretario de justicia, Héctor Rivera, ordenó una reinvestigación del caso, lo que dio como resultado nuevas acusaciones contra la Echevarría, de la que se dispuso su arresto.

Los cómplices de la actriz fueron el mecánico David López, a quien se le juzgó junto a Lidia, y el modelo Papo Newman, quien con su testimonio consiguió que se radicaran los nuevos cargos.

Newman, a cambio de inmunidad, se convirtió en testigo estelar de la Fiscalía y también reveló que el supuesto contrato para matar a Luis, conllevaba la liquidación física de la novia de éste, la actriz Nidia Castillo. Estas revelaciones causaron estupor en la ciudadanía, pero esta vez no se produjeron los desórdenes ni las griterías de “asesina” que multitudes escenificaron en los alrededores del Palacio de Justicia.

El Nacional

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