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Los partidos políticos

Los partidos políticos

RAFAEL SANTOS

Según hemos observado, muchos de nuestros partidos, más que grupos con una clara señal de hacia dónde podrían enrumbarse para poner sus habilidades al servicio de los pueblos, tomando como base primigenia sus postulados ideológicos, estos más bien se han convertido en maquinarias electoreras, cuyo fin principal no es otro que alcanzar el poder como corona política.

Aunque suene un poco extraño decirlo, pero luego de la muerte del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, en la República Dominicana, que es el caso que dentro del presente análisis nos ocupa desde el punto de vista latinoamericano, han sido los Partidos de la Liberación Dominicana (PLD) y el Revolucionario Dominicano (PRD), los que han tenido mayores profundización de cara al adoctrinamiento de sus miembros.

Mientras en los Estados Unidos, los dos partidos del sistema, es decir el Republicano y el Demócrata trabajan de cara al fortalecimiento de sus cumbres dirigenciales, aquí la situación no ha sido igual, pues cada cierto tiempo la polarización cambia de traje, y en ella se visten los fanáticos electorales, los cuales cambian de parcela, esto de acuerdo a los intereses que mueve a cada quien.

Contrario a los Estados Unidos en donde observamos un mayor grado de institucionalidad en cuanto al bipartidismo se refiere, aquí, no, ya que estos se mueven de acuerdo a los intereses del partido que ostenta el poder.

Mediante estrategias que a mi modo de ver no son las más correctas, sus dirigentes diseñan todo tipo de artimañas, en donde se escogen como rivales entre sí, para de esta manera sacar de contexto o del escenario a un tercero o una cuarta organización, y con esto, forzar a negociaciones que bien podrían garantizar el poder de manera total, o una importante cuota del mismo.

Tomados por separado, los actores políticos a menudo ignoran los incentivos que condicionan sus decisiones y los investigadores académicos son ajenos a las motivaciones humanas que gobiernan el proceso de toma de decisiones en política.

Sin embargo, el escritor nos dice casi en lo inmediato “he llegado a la conclusión de que el factor fundamental, el que es responsable de casi todas las divisorias y moldea de forma determinante el comportamiento de los participantes, es la lógica de la polarización”.

Muchos de quienes nos dedicamos al estudio, análisis y a la contextualización de los diversos temas que tienen que ver con el desarrollo de los partidos políticos como instrumentos de poder, hemos llegado a la conclusión, de que en nuestros países deben de obligar mediante términos constitucionales, a que estas organizaciones destinen recursos a la implementación de la educación de sus miembros, dirigentes y hasta simpatizantes