La guerra azuzada y financiada por los demócratas de Estados Unidos, entre Ucrania y Rusia parece que por fin llegará a término, siempre que Zelensky quien de forma ingenua se creyó que el dinero del Tío Sam era un regalo y no una inversión, se comprometa a devolverlo en especia y altos intereses.
Lo importante ahora no es la parte económica es que termine la confrontación bélica para que dejen de seguir muriendo jóvenes rusos y ucranianos que nada tienen que ver con los intereses de los políticos de arriba.
Sin embargo, desde el punto de vista militar esta guerra nos deja algunas enseñanzas, o mejor dicho nos llevan a reflexionar sobre las enseñanzas que sobre las guerras nos dejó el general y gran estrega militar chino Sun Tzu, en una obra escrita hace unos 2,500 años: «El arte de la guerra».`El principal criterio del autor es que lo ideal para un Estado es vencer a su oponente sin necesidad de luchar y que las guerras se basan en engaños y la confusión que pueda provocar en el adversario.
Asimismo, se destaca la importancia de saber ajustarse a las condiciones ambientales, ser capaces de defender las ventajas, aprovechar las oportunidades y tener claridad de visión y sólido liderazgo.
Es considerado uno de los mejores y más vigentes libros de estrategia militar de todos los tiempos. Sus advertencias han tenido influencia a lo largo de la historia sobre grandes estrategas de la guerra y la política de Oriente y Occidente, como Nicolás Maquiavelo, Napoleón Bonaparte o Mao Zedong.
Señala que en caso de conflictos bélicos los oficiales al mando deben conocer las rutas, las condiciones meteorológicas, el terreno, la autoridad o mando y la disciplina. Estos elementos deben ser dominados por cada oficial superior si quiere conseguir la victoria.
Está de más decir que los organismos de inteligencia deben, previo a cualquier declaración de guerra evaluar al enemigo para conocer sus fortalezas, debilidades y moral de los soldados.
Cuando esto no se hace bien, no se puede cumplir con el objetivo principal de cualquier guerra que es la victoria rápida, porque cuando esta tarda demasiado en llegar es posible que la moral de las tropas decaiga y los recursos se agoten. Así que, de nada sirve que una campaña se alargue demasiado en el tiempo.