Miles de dominicanos que residían por muchos años en España retornan para no volver, aguijoneados por la grave crisis económica que sacude a esa nación, principal destino en Europa de la migración nacional, donde más de siete millones de personas han perdido sus empleos y el Gobierno aplica otro paquetazo fiscal.
Con el objetivo de recortar el gasto público en 65 mil millones de euros en los próximos dos años, el Gobierno de Mariano Rajoy anunció un conjunto de medidas restrictivas que incluye incremento en el Impuesto al Valor Agregado (IVA), reducción de salarios y la cancelación del doble sueldo navideño o salario 13.
El desempleo en España, que ronda el 25% (uno de cada cuatro españoles), es aún mayor entre los inmigrantes, por lo que miles de dominicanos han perdido sus empleos o no tienen esperanza de conseguir colocación en ninguna parte.
Otra masa de dominicanos ha quedado virtualmente varada porque carecen de recursos para adquirir boleto de avión, por lo que solicitan ayuda de los consulados criollos en Madrid, Barcelona, Valencia y otras ciudades españolas para poder retornar.
Multitudes se congregan en plazas públicas para protestar contra los ásperos recortes que aplica La Moncloa y rechazar la ayuda europea de cien mil millones de euros para rescatar a los bancos españoles, mientras se anuncia aumentos en los precios de alimentos y medicinas y en la tarifa eléctrica.
Son muchas las familias dominicanas que residían por más de 20 años en España, que regresan con las manos vacías y sus maletas cargadas de frustraciones, víctimas de una crisis sin precedentes, cuyas recetas de solución pasan por lapidar a la clase media y a los sectores de menores ingresos.
Compete al Ministerio de Relaciones Exteriores ofrecer algún tipo de asistencia, aun sea en información útil o asesoramiento oportuno en favor de tantos inmigrantes dominicanos agobiados por los devastadores efectos de la crisis española, la mayoría de los cuales carecen de recursos para poder cruzar el Atlántico.
El cuadro catastrófico que presenta hoy la economía de España, que deja al garete a más de cien mil inmigrantes dominicanos, debería servir de alerta y advertencia a gobierno, sector productivo y clase política para que acuerden cuanto antes las medidas y políticas necesarias que eviten que la economía dominicana se precipite por el despeñadero.

