La fiscal del Distrito Nacional, licenciada Yeni Berenice Reynoso, tiene razón al señalar que el incremento de la pena a los infractores no representa una solución única al grave problema que representa el incremento de los feminicidios, pero es un componente esencial en el remedio definitivo para conjurar ese flagelo.
Educar para consolidar una cultura de género es, sin dudas, el camino para poder conjurar a mediano y largo plazo lo que en el presente representa el drama mayor de la criminalidad en República Dominicana, con el asesinato de 52 mujeres en lo que va de año a manos de maridos, ex esposos, amantes o pretendientes.
Es por eso que la magistrada Reynoso clama hoy por un incremento en las penas contra los feminicidios que sería un freno inmediato contra los asesinos de mujeres, por tratarse de un crimen agravado que impacta de manera trágica sobre la familia y la sociedad.
Al Congreso Nacional corresponde interpretar el reclamo de la sociedad toda de imponer penas más severas a los culpables de ejercer violencia por razones de género y detener lo que ha sido la matanza de centenares de mujeres a manos de su pareja en los últimos años.
Gobierno y sociedad civil están compelidos a aplicar o extender programas educativos, de formación y prevención relacionados con los derechos de género que deberían enfatizarse en escuelas, liceos, universidades y centros comunales, a los fines de que los diferentes segmentos sociales adquieran conciencia sobre el valor de la vida y dignidad de la mujer y la familia.
Al legislador le compete crear las herramientas de ley que fortalezcan la persecución penal y el castigo severo contra procesados por ejercer violencia física o moral contra su pareja, como forma de persuasión inmediata para frenar el auge de los feminicidios.
La ocasión es propicia para que así se proceda porque las cámaras legislativas aún conocen el proyecto de modificación del Código Penal, en el que se deben incluir previsiones que incrementen el apremio corporal contra individuos culpables de asesinato de su pareja.
Aunque la fiscal del Distrito sugiere castigo severo, educación y más prevención como forma de afrontar el flagelo del feminicidio, el incremento de la condena a los culpables de infracción criminal debería ser primero en orden de importancia y necesidad.

