Horror y consternación ha causado la matanza perpetrada ayer en un cine de Denver, Colorado, donde al menos doce personas murieron cuando un individuo ingresó armado y disparó contra los asistentes, en lo que se ha considerado una de las peores tragedias de ese tipo en Estados Unidos.
En esa sala, ubicada en la ciudad de Aurora, se estrenaba la saga de Batman The Dark Knight Rises, por lo que los espectadores creyeron que el tiroteo era parte de la película, pero luego se produjo el caos cuando la muchedumbre intentó salir por la puerta de emergencia.
En los últimos veinte años, en Estados Unidos se han producido más de una docena de casos similares con saldo de más de un centenar de muertos, perpetrados por individuos, la mayoría de los cuales luego se suicidan, como el estudiante surcoreano que asesinó a 32 personas en una universidad de Virginia, en abril de 2007.
Esas matanzas han tenido como escenarios universidades, escuelas secundarias, plazas comerciales, recintos militares, oficinas y hogares de los propios desquiciados que en más de un episodio han asesinado a propias familias, incluido padres y abuelos.
Entre las causas probables que motivan tantas matanzas en Estados Unidos, deben citarse los parámetros guerreristas que se imponen desde el poder político y la desenfrenada violencia que se sirve a través de los medios de comunicación, así como formas de discriminación todavía prevalecientes en esa sociedad y a la ley que ampara la venta y tenencia de armas de cualquier calibre.
Hito
La primera cirugía de trasplante de corazón que se realiza en República Dominicana, llevada a cabo por un equipo de 25 médicos del Hospital General Plaza de la Salud, constituye un suceso extraordinario que coloca a la medicina dominicana en la élite de los servicios médicos avanzados.
El trasplante de órgano se realizó a Stefhany Moreno, de 22 años, cuyo estado general fue definido como estable, tras convertirse en la primera paciente en recibir un cambio de corazón en el país, lo que se define como un hito en la historia de la medicina nacional.
Causa mayor orgullo saber que esa complicada cirugía fue llevada a cabo por médicos dominicanos, lo que indica que los profesionales nativos se sitúan en términos de competencia, calidad y eficiencia a la altura del personal facultativo de cualquier otra nación. El Nacional comparte el regocijo colectivo por tan significativo logro.

