Como a modo de ensayo, para que la ciudadanía se prepare ante la temporada ciclónica que se inicia dentro de una semana, una vaguada en combinación con un sistema de baja presión provoca desde ayer intensas lluvias sobre gran parte del territorio, en tanto que la primera onda tropical de 2024 avanza en el Atlántico.

El Centro de Operaciones de Emergencia (COE) colocó once provincias en alerta amarilla y otras catorce en alerta verde, incluidos Santo Domingo y el Distrito Nacional, al tiempo que advirtió sobre inundaciones, desbordamientos y deslaves.

Con mucha antelación, la Oficina Nacional de Meteorología previno a la población sobre la presencia de una vaguada al suroeste del país, con un patrón meteorológico caracterizado por gran contenido de humedad e inestabilidad que provocan aguaceros de fuertes a moderados.

El 1 de junio comienza el período de tormentas y ciclones que se forman en las islas de Cabo Verde, en África occidental, que se dispersan por el Océano Atlántico y el Mar Caribe, con sus secuelas destructivas cuando tocan tierra, por lo que el mal tiempo de hoy se asume como preludio de lo que puede suceder.
La onda tropical que ayer avanzaba en el Atlántico central, es una perturbación atmosférica que no se proyecta que aumente su intensidad ni que se desarrolle como tormenta, aunque hay que asumirla como advertencia de lo muy activo que podría ser el período ciclónico.

Ya se sabe que la isla Hispaniola, territorios antillanos, de América Central, así como las costas caribeñas y atlánticas de México y Estados Unidos, están ubicados en el mismo trayecto de tormentas, ciclones y huracanes, que previsiblemente desfilarán desde junio a noviembre.

Al finalizar la semana, autoridades aconsejaron a la población ingerir mucha agua y vestir ropa ligera para afrontar el intenso calor, pero desde el lunes, ante las intensas lluvias provocadas por una vaguada, se agregó la sugerencia de tomar precauciones ante inundaciones, desbordamientos y derrumbes.

Hace tiempo que los dominicanos han debido ejercer la cultura de la prevención ante eventuales ocurrencia de ciclones, tormentas y huracanes, pero también ante períodos cortos o largos de copiosos aguaceros, riesgos que, a causa del cambio climático se presentan en cualquier época del año, pero más acentuado durante el periodo junio-noviembre. Siempre será mejor prevenir.