Carta de los Lectores Opinión

Mina Feirrer

Mina Feirrer

Aida Trujillo Ricart

Este texto me lo envió una compañera de un centro de acogida para mujeres maltratadas al que he venido a parar. Más adelante escribiré sobre ese tema pero ahora no he querido ni corregir su nota que paso a exponer:
Luis Gines era oriundo de Tacuarembo, hijo de padre desaparecido. Hilda, de Paso Lapuente, un pueblo perdido en el Uruguay profundo.

Mi madre era una persona temperamental y muy activa.
Mi padre un soñador…

Desde pequeñita ame leer y dibujar.
Me crie en una casa de campo, entre vecinos con los que nos sentiamos familia…
En las tardes noches de veranos los niños corriamos en bicicletas pòr las calles bajo las atentas miradas de madres vecinas.

Y en Navidad quemabamos el Judas en lo alto del camino.
Me encantaba ver ese Judas enorme, vestido con ropas viejas y relleno de pasto. Atado a una cruz, esperando la quema.

El Judas ardia a las 12 justas del dia de Navidad, ante el griterio de todos…
Yo salia a la esquina de casa a verle arder…
Me fascinaba.

Luego de la quema, todos ibamos a casa de los vecinos, a saludar por la Navidad, y alli bailabamos y tomabamos mas comidas.
Era bonito.

Todos los vecinos nos conocian por nuestro nombre y apellido.
A mi padre lo apreciaba todo el barrio.

A mi madre no tanto: estaba peleada con medio pueblo.
Era una mujer, ya te he dicho: temperamental.
Yo me parezco a ella fisicamente.
Increiblemente.

Mi padre era militar, pero no de llevar palo y aporrear a la gente.
Recuerda que naci en plena dictadura…
Mi padre construia… remodelaba edificios: el penal de Punta Carretas, el penal de Libertad (hoy Comcar, una jaula en la que mueren de abandono los reclusos mas pobres y vulnerables), el Hospital Vilardebo…
Por ahi andaba mi padre, controlando hombres, albañiles todos, y haciendo la vista gorda.

Tu padre era tan sensible como una mujer! me dijo alguna vez un vecino que trabajo junto a el…
Yo no era femenina ni cuanto se esperaba de una niña pequeña: era revoltosa, no jugaba con muñecas pero si me encantaba guardar sapos dentro de bollones de cristal, jugar con el barro y andar a las pedradas subida a los arboles.

Por: Aida Trujillo Ricart

El Nacional

La Voz de Todos