El catálogo de urgencias nacionales es tan amplio, profuso y complejo que para el Gobierno se torna difícil colocarlas por orden de premura e importancia, con el agravante de que cuando se anuncia la solución de alguna, surgen otras tan complicadas o difíciles como las demás.
La sociedad de hoy se ha vuelto más exigente en reclamar a las autoridades cumplimiento de promesas, resolución de conflictos, transparencia y eficiencia, lo que imposibilita mercadear demagogia o levantar muros de excusas.
Esa extensa lista de urgencias estaría encabezada por el compromiso de contener la covid-19, para lo que se requiere que el Gobierno cumpla con el cometido de iniciar cuanto antes el proceso de vacunación, para lo cual hay que acelerar la entrega de los lotes de dosis contratados.
El siguiente paso sería el de apresurar la reactivación de la economía, una meta conectada con la tarea de reducir la prevalencia del coronavirus, aunque urgen también nuevos programas de estímulo a la generación de empleos y de promoción a las Mipymes, industria, comercio, exportaciones e inversiones.
Urge contener el alza precios en alimentos y artículos básicos que se han vuelto inalcanzables para los presupuestos populares y dolor de cabeza para la clase media, pero su abordaje se torna difícil a causa del incremento en los costos de materias primas y, obviamente, de una desaforada especulación.
La seguridad ciudadana debería figurar en un lugar prominente en ese catálogo de calamidades que el Gobierno está obligado a afrontar, más aun por el incremento de la criminalidad, delincuencia y violencia intrafamiliar que hacen irrespirable el ambiente pandémico.
La crisis de Haití, incremento de la inmigración, combate a la corrupción, reforma fiscal, pacto eléctrico, déficit fiscal, endeudamiento, las tres causales del aborto, los reclamos de empleos en el Gobierno, figuran en una larguísima lista de asuntos que no aguardan para mañana
Literalmente, el presidente Luis Abinader ha iniciado su largo caminar con la mudanza de un primer paso, aunque debería ser advertido sobre la necesidad de acomodar la carga en el camino porque serán muchas las nuevas urgencias que tendrá que incorporar y muy estrecho el espacio para maniobrar.

