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Drasticidad no es todo

Drasticidad no es todo

El rebrote de la pandemia del coronavirus ha obligado al Gobierno a endurecer las restricciones para contener la peligrosa propagación de la enfermedad. Ahora el toque de queda será de lunes a viernes desde las 5:00 de la tarde, con dos horas adicionales como gracia para circular en vehículos.

Pero los sábados y domingos, por lo menos hasta el 10 de enero, el confinamiento será desde las 12 del mediodía, sin excepción para circular después de esa hora.

Con las nuevas restricciones, como resultado del incremento en este mes de los infectados y la positividad, los bares, colmadones y restaurantes solo podrán despachar comidas y bebidas para llevar.

Al excluir el transporte interurbano y otras restricciones las medidas puede que sean todavía un poco tímidas, más todavía de tomarse en cuenta la amenaza de una nueva cepa.

Con lo que se ha visto las restricciones servirán de muy poco si las autoridades no las hacen cumplir con el rigor que ameritan las circunstancias. La gente ha relajado los protocolos en presencia de los agentes del orden, como se observó en fiestas y celebraciones públicas en Nochebuena y Navidad.

Es fundamental para que las restricciones surtan efecto que se desplieguen patrullas en los barrios y los sectores más propensos a violar las normas bajo cualquier pretexto. No se trata de reprimir a la población, sino únicamente de hacerla entender que se tienen que respetar las medidas para superar la crisis y lograr que se retorne a la normalidad.

El Nacional

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