Con la aclaración del Arzobispado de Santiago, se ha evidenciado la aviesa manipulación de la homilía de un sacerdote haitiano en una misa “por la salud de la patria” celebrada en la parroquia de Tamboril. Solo faltó que se pidiera la cabeza de Richard Santil por la falacia que se le atribuyó de plantear la unificación de la isla durante el oficio religioso.
Ante el revuelo que se ha creado, el sacerdote William López, canciller del Arzobispado de Santiago, ha hecho una valiosa aclaración. Dijo que en su homilía Santil se refirió a la lectura de la primera carta de San Juan que habla sobre el amor, pero en ningún momento a elementos patrios.
En medio de la liturgia, integrantes de un grupo denominado “Febrerista” irrumpió en el recinto con banderas nacionales en protesta por la presencia del religioso haitiano. Y de ahí el invento, para fomentar el odio, de que el sacerdote había planteado unificar la isla, lo que según la propia Iglesia no se corresponde con la verdad. A pesar de la aclaración el incidente es perturbador.