No hay dudas algunas que periodista como Orlando Martínez llenan de orgullo el ejercicio de este oficio, a pesar de los riesgos que implica en algunas partes del mundo.

Por lo pronto, en nuestro país, el único riesgo es la pérdida de privilegios y algunos derechos fundamentales.
En la época que a Orlando le tocó ejercer de periodista era una profesión para personas íntegras, con vocación de servicios y entregadas a la causa de los que no tenían voz. Eran los años duros del balaguerato.

El periodismo en esa época era una especie de sacerdocio, sólo ejercían ese oficio los que se sentían identificados con las causas más nobles de la población. El dinero era una ofensa y el riesgo permanente.

Como cambian los tiempos “caballeros”, el oficio que en el pasado fue un orgullo en el presente está en cuestionamiento en un amplio segmento de la población.

¿Cuántos Orlando necesita esta sociedad? Para denunciar injusticias, corrupción y abusos de poder, para reclamar los derechos de los que no tienen voz ni espacio en los medios de comunicación.

Orlando fue asesinado

por orden del presidente Balaguer el 17/ marzo/ 1975

A Orlando le resultó imposible quedarse indiferente ante la represión, las injusticias sociales, las torturas, el saqueo de corporaciones extranjeras y la perversidad política que imperaba en los gobiernos del entonces presidente Balaguer.
Esas acciones de valentía y compromiso con su pueblo lo inmortalizado en la historia nacional al resultar víctima fatal de la represión del gobierno de Balaguer tras denunciar algunas de las injusticias que se cometían en el mismo.

Por esta razón le resultó imposible quedarse indiferente ante la represión, las injusticias sociales, las torturas, el saqueo de corporaciones extranjeras y la perversidad política que impero durante los 12 años de gobierno del doctor Balaguer.
A través de sus escritos denuncio estas realidades y fue precisamente esto lo que le hizo caer en la lista de las víctimas fatales de este régimen. Martínez fue asesinado a tiros un 17 de marzo de 1975 próximo a la UASD por un grupo de sicarios al servicio del presidente Balaguer.
Ahora necesitamos otros Orlando. La sociedad requiere periodistas comprometidos con los intereses de los que nada tienen. No cómplices.