Desconcierta que tuvieran que repetirse tragedias como la del sábado, pero aún así es importante el estudio de ingeniería forense que se anunció a los túneles, elevados y pasos con más de 15 años de construcción para determinar sus condiciones. Es elemental que esas evaluaciones han debido de efectuarse, por múltiples factores, de manera periódica.
Pero está bien que el Ministerio de Obras Públicas haya captado el doloroso mensaje transmitido por la pérdida de vidas humanas y los millonarios daños materiales provocados por los torrenciales aguaceros del 4 de noviembre de 2022 y del sábado 18 de este mes. No es ningún secreto que son muchas las construcciones estatales que han sufrido daños hasta por simples lluvias, en gran medida como resultado de vicios de construcción o de falta de mantenimiento.
Por si hace falta hay que señalar que los 430 milímetros de lluvias que se registraron el sábado reflejan lo expuesto que se está a los efectos del cambio climático, una amenaza que lo mismo que las orientaciones de las autoridades no encuentra eco en la población.
El Ministerio de Obras Públicas está consciente de que la saturación de los suelos en la provincia Santo Domingo, que incluye el Distrito Nacional, y Santiago, demanda un estudio forense como el que se propone. No se debe esperar un nuevo percance con sus secuelas de luto y dolor para emprender el proyecto.
La opinión pública sabe del desorden y las complicidades que ha habido en la ejecución de carreteras, puentes, planteles escolares, hospitales y muchas otras obras, pero no por ello se puede responsabilizar al pasado de lo que por alguna razón no se ha podido corregir en los últimos tiempos.
En torno al proyecto del Ministerio de Obras Públicas hay que significar que nunca es tarde para cumplir con las obligaciones. Y en verdad alivia el interés en preservar la infraestructura vial, dando, como dijo la institución, los mantenimientos razonables para garantizar no solo el patrimonio público, sino la vida de los ciudadanos.