Durante un espectacular operativo por aire, mar y tierra que abarcó a Santo Domingo, Puerto Plata, María Trinidad Sánchez, La Romana y Samaná, la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) decomisó más de dos toneladas de drogas y apresó a diez personas vinculadas a una red transnacional de narcotráfico.
En la Operación Búfalo NK, como fue bautizada esa acometida, participaron 34 fiscales, miembros de la DNCD, efectivos del Ejército, Fuerza Aérea y Armada Dominicana, con la asistencia también de organismos de inteligencia del Estado, Agencia Antidrogas (DEA) y el Comando Sur de Estados Unidos.
Los implicados en ese grupo criminal habrían movilizado grandes cargamentos de drogas desde Colombia y Venezuela hacia Puerto Rico, Estados Unidos y Venezuela vía República Dominicana, a través de lanchas rápidas y barcos pesqueros.
La amplia colaboración entre autoridades colombianas, estadounidenses y dominicanas permitió desmantelar esa banda dedicada al narcotráfico, sicariato y lavado de dinero con la detención de Rafael Ynoa Santana (el Cojo, Pocho, el Don) y a Isidoro Rotestan Clase (el Men), sindicados como cabecillas del grupo.
El desmantelamiento de esa banda que según las autoridades introdujo toneladas de drogas a territorios estadounidense y europeo a través de República Dominicana, se atribuye a la amplia colaboración en la persecución del crimen que prevalece entre gobiernos de Estados Unidos, Latinoamérica y Europa.
Entre 2020 y 2023, la DNCD decomisó más de 103 toneladas de sustancias controladas, lo que unido a los cargamentos que lograron llegar a Puerto Rico, Estados Unidos y Europa, ofrece una idea de la enorme incidencia del cartel desmantelado y otros grupos de narcotraficantes que usan al país como puerto de trasbordo.
La actividad de lavado de dinero proveniente del narcotráfico constituye un riesgo de perturbación del torrente financiero nacional, así como una amenaza a la gobernanza al incidir el tráfico interno de drogas al auge de la delincuencia y criminalidad.
Ese vasto operativo antidrogas aún no concluye por lo que, con toda seguridad, las autoridades apresarán y traducirán a la justicia a muchos otros imputados integrantes de esa banda transnacional de narcotráfico y lavado de activos, en cuya persecución participan agencias de Colombia y Estados Unidos, lo que no es paja de coco.