Algunas sorpresas con las conjunciones adversativas.-
Una consulta en torno al vocablo /empero/ me ha originado, por un momento, cierta confusión. Le había respondido a un amigo, vía telefónica, que /empero/ es lo mismo que /pero/, es decir es una conjunción adversativa, mediante la cual se contraponen dos ideas.
Indagando en las fuentes autorizadas, he encontrado que /empero/ es también adverbio. Por ejemplo, el Diccionario de la lengua española (23ª edición, 2014) define el vocablo empero del siguiente modo: 1. adv. cult. sin embargo. 2. conj. advers. pero.
Las abreviaturas adv. cult. Significan: adverbio o adverbial, culto. Como puede verse, la primera acepción pone a empero como sinónimo de sin embargo. Más adelante veremos que “sin embargo” se define como “locución adverbial”. En la acepción 2 se define a empero como conjunción adversativa (según las abreviaturas conj. advers.) y se le presenta como sinónimo de pero.
Aunque tiene semejanza con /pero/ se diferencian en que /pero/ sólo se usa encabezando la oración a la cual pertenece, mientas que / empero/ puede usarse de ese modo, y en otras posiciones de la oración: “No era rico, pero procreó y desarrolló una familia muy dignamente”. “No era rico, procreó y desarrolló, empero, una familia muy dignamente”.
Pero. Es la conjunción adversativa por excelencia. Se emplea para contraponer a un concepto otro diverso o ampliativo del anterior. Ejemplo: Proclaman principios y honradez, pero exhiben riquezas que no pueden justificar. “Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise”.
Entre las conjunciones adversativas la más empleada en la actualidad es pero, a diferencia de la antigüedad, en que prevalecía /mas/.
Puede usarse a principio de la oración sin referirse a otra anterior, para dar mayor fuerza de expresión a lo que se dice: Pero ¿qué se cree este hombre? Pero ¡qué falta de juicio!
La conjunción /mas/ (sin tilde a diferencia del adverbio más) equivale a /pero/ y por tanto sirve para contraponer un concepto a otro: “…no entendiste que te amaba, como te ama un amante, como quiere un amigo, mas tú creíste que eras reina…,”.
El vocablo /mas/ se usa poco en la lengua cotidiana. Se emplea mayormente en el lenguaje literario. Hay tendencia en el hablante común a asociar esta conjunción con la locución /sin embargo/: “Dice que no me quiere, mas sin embargo, aquí vino a llorar”. También suele emplearse cuando en un escrito ya se ha empleado /pero/ y se quiere evitar la repetición.
La conjunción /sino/ (algunos la pronuncian como palabra aguda, pero es llana) sirve para contraponer un concepto afirmativo a otro negativo anterior. Por ejemplo: No lo hizo Juan, sino Pedro. No quiero que venga, sino que envíe el documento. No le guardo odio, sino pena.
/Sin embargo/ está considerada gramaticalmente como una locución adverbial, es decir hace función de adverbio, esa parte de la oración que modifica al verbo: No debía de quererte, y sin embargo te quiero.
Lo mismo vale decir para /no obstante/ que es locución adverbial equivalente a /sin embargo/: Ejemplo: No han llegado todos, no obstante empezaremos la reunión.
También funciona como locución preposicional, del tipo /a pesar de/. Dice amar a su esposa; no obstante la golpea.
La sorpresa que merece destacarse es que /pero/ soporta anteceder a sin embargo y no obstante. La Nueva gramática de la Lengua española expresa lo siguiente: “De forma parecida a como el adverbio bien se añade a la conjunción disyuntiva o como refuerzo enfático…, se agregan /sin embargo/ y /no obstante/ a pero. En los (párrafos) 29.2ñ y 30.12c y ss. se explica que estas expresiones se interpretaban tradicionalmente como conjunciones, pero hoy se analizan como locuciones adverbiales:” (NGLE pág. 2455).