Guayo, guayar y guayarse.-
El sustantivo /guayo/ y el verbo /guayar/ no forman parte del español general, pero que nadie intente despojar al hablante dominicano de estos términos ni tampoco de la forma pronominal /guayarse/ en la que la acción recae sobre una persona.
El Diccionario de la lengua española ha incorporado el vocablo /guayo/ indicando que en las Antillas se emplea como sinónimo de rallador (utensilio de cocina). Y agrega que en Cuba y Puerto Rico guayo es lo mismo que güiro (instrumento musical). En cuanto al verbo /guayar/, la publicación académica es más específica y registra que en Puerto Rico y República Dominicana es sinónimo de rallar (desmenuzar con el rallador).
La voz castiza para denominar el referido es rallador. El Diccionario académico la define como “Utensilio de cocina, compuesto principalmente de una chapa de metal, curva y llena de agujerillos de borde saliente, que sirve para desmenuzar el pan, el queso, etc., restregándolos con él”.
Hay un sinónimo no empleado en el habla dominicana para /rallador/, se trata de rallo. Deriva del latín “rallum, de radere”, ‘raer’. Así lo define el DLE en las dos primeras acepciones: 1. m. rallador (utensilio de cocina). 2. m. Chapa con agujeros como los del rallo, que sirve para distintos usos.
El sustantivo rallo da la pauta para buscar la relación entre guayar y raer. Este último verbo forma parte del auténtico patrimonio de la lengua española. Significa: Raspar algo con un instrumento áspero o cortante para quitar de su superficie pelos, sustancias adheridas, etc. Raer el cuero.
El verbo raer asume en su conjugación algunas variantes que lo aproximan, al menos fonéticamente, a /rallo/. Por ejemplo, la primera persona del presente del indicativo es raigo o rayo.
En cuanto a /rallar/ tenemos que se define “Desmenuzar algo restregándolo con el rallador”, es decir es lo mismo que guayar.
Don Max Uribe, acreditado estudioso del idioma que fuera miembro de número de la Academia Dominicana de la Lengua, destaca que guayar es un término propio del habla dominicana y en su Diccionario de dominicanismos cita a don Manuel Enrique Patín Veloz, otro gran lingüista dominicano, para insistir en que el verbo guayar “aplicado con el sentido de trabajar desde que nace el sol, esto es, con la acepción de luchar por la vida a brazo partido, a sangre y fuego, es giro propio y peculiar del hablante de esta porción de la isla”.
Guayar. Trabajar o luchar mucho: para conseguir el sustento hay que guayar. Ej. Guayar la yuca. (Uribe, pág. 285). También aborda Uribe el término /guayazo/ con la acepción raspadura en la piel o hecha con las gomas del automóvil.
Entre dominicanos se guaya la yuca para producir casabe o empanadas, se guayan los plátanos para convertirlos en pasteles en hojas, se guaya el coco para preparar diversos platos y dulces, se guaya el queso parmesano para aderezar las pastas. Guayar es también tener relaciones sexuales. La voz de Joseíto Mateo lo testimonia en un merengue: “A ella le encanta y a mí me gusta/ por la mañana guayar la yuca”.
También usamos el verbo guayar en forma pronominal (que se construye en todas sus formas con pronombres reflexivos átonos que no desempeñan ninguna función sintáctica y que concuerdan con el sujeto): guayarse. Casi nunca se refiere a una acción originada en el uso del guayo, excepto: “Se guayó un dedo mientras guayaba la yuca”.
Guayarse es lesionarse la piel, por causa de una caída o golpe. Últimamente abunda en el habla popular la acepción de equivocarse, fallar: “Se guayó en el intento”. En algunas regiones se llama guayado al friofrío, porque se procesa mediante el guayado del hielo.