Freddy Gatón.-
Cuando hablan o escriben acerca de la personalidad literaria de Freddy Gatón Arce, muchos se empeñan, hasta la ofuscación, en llamarlo poeta, periodista, novelista, ensayista y abogado. Es cierto que obtuvo título de doctor en derecho, pero yo nunca lo llamaría abogado. Que haya sido poeta –y de los buenos-, novelista y periodista dificulta, y resulta injusto, por demás, citarlo por alguno de estos roles.
No solo poeta, no solo novelista, no solo ensayista, no solo periodista, Freddy Gatón Arce ha sido un maestro de la palabra. Maestro de la palabra hay que llamarlo para diferenciarlo del montón de quienes han escrito o escribimos en cualquiera de los cuatro géneros mencionados. Prócer de la palabra hay que denominarlo para marcar su firmeza en la defensa de las ideas democráticas y la crítica ante los abusos de los poderosos.
De ahí que Enrique A. Cabrera Vásquez, poeta y periodista, por demás petromacorisano como FGA, haya emprendido la valiosa tarea de escribir el ensayo “Freddy Gatón Arce vuela en arcoíris de palabras”, con el que se ha propuesto contribuir al conocimiento de la calidad de este gran escritor, de cuya obra, sobre todo la periodística, considera no ha sido justamente valorada.
“Freddy Gatón Arce fue multifacético en su activismo social y cultural y la entrega a causa noble y altruista. No desmayó en ese ejercicio, lo asumió como un sacerdocio sin sopesar las consecuencias. Fue un ciudadano transparente y un periodista limpio y ejemplar. Es más, considero que su obra periodística no ha sido bien valorada y estimada, pues su afán en esa dirección fue altamente significativo”. (pág. 78).
Un buen periodista no puede ser indiferente a la literatura ni a la historia. Al fin y al cabo, periodismo es historia, historia inmediata, claro. Ambos entroncan con la literatura en cuanto al uso de la lengua para informar o convencer.
Me resulta difícil hablar de Gatón Arce sin inmiscuirme con deliberada parsimonia en los artículos y ensayos que publicara como opinión editorial de El Nacional. Por fortuna, Cabrera Vásquez, en el presente libro, traza una visión total de la personalidad literaria del autor de Vlía. Para internarse en el cosmos poético de FGA, Cabrera hurga en el amplio espectro de las múltiples corrientes y filosofías de la creación, expresadas a través de movimientos y tendencias y se permite ubicar el gran poema gatoniano como surrealista, aunque apunta que luego nuestro autor emigró hacia otras corrientes poéticas.
La tercera dimensión en torno a Gatón Arce (además de periodismo y poesía) que aborda Cabrera es la novelística, fundamentado en las obras “La guerrillera Sila Cuásar” y “La canción de la Hetera”: “Una muestra de su capacidad para incursionar en diferentes géneros”, sentencia Cabrera. A seguidas ofrece la sinopsis de cada una.
El libro de Cabrera Vásquez constituye un justo homenaje a un preclaro escritor, quien amó la democracia y las libertades públicas con similar intensidad de su dedicación al buen decir.
Constante en sus editoriales: fue la persistente denuncia a la violación a la ley por parte de funcionarios, exigencia para respeto a los derechos individuales, fue firme en la crítica, sereno en los conflictos.
Cabrera ha demostrado con este interesante ensayo que Freddy Gatón Arce profesó fidelidad a las palabras y por igual a los buenos sentimientos. “Freddy Gatón Arce vuela en arcoíris de palabras” es una obra bien concebida y bien desarrollada y contribuirá a posicionar en su justa dimensión a un escritor cabal que ejerció el arte de escribir con los más elevados fines. Saludemos con razonable alborozo este magnífico aporte de Enrique Cabrera Vásquez. ¡Enhorabuena!
(Extraído del prólogo).