Danilo Cruz Pichardo
Es difícil establecer niveles de corrupción pública en un gobierno en ejercicio, aunque los funcionarios empresarios, que hicieron inversiones en campaña, se supone que no fueron al Estado a sacrificarse por un sueldo de 300 mil pesos. Esos escándalos estallan al salir.
De igual manera, las repercusiones negativas ocasionadas por el festival de empréstitos internacionales que hace el Gobierno, se verían en el futuro. Se dice que la deuda externa asciende ya al 70% delProducto Interno Bruto. Es una bomba de tiempo.
Tanto dinero prestado y los problemas de educación y salud se agravan. Los primeros dos años del “cambio” el sector educativo ha retrocedido. Solo han salido a relucir escándalos de corrupción.
La población dominicana observa, además, la falta de medicamentos en los hospitales. Similar situación se registra en las farmacias populares. Y el ministerio toma una importante partida presupuestal para parturientas extranjeras.
Algo más: el costo de la canasta deteriora la aprobación de Abinader, pero la criminalidad ocasiona mayor daño. Nuestras calles son un infierno, donde no se distingue a obreros, profesionales, comerciantes ni oficiales policiales y militares. A cualquiera lo matan. Independientemente del origen es al Gobierno que corresponde enfrentar con inteligencia y valentía la problemática, contrariamente en poco tiempo estaría liquidado políticamente.
Los desafíos son graves. Súmele el divorcio con sectores empresariales. Macarrulla escribió un Twet en el quecuestiona liderazgo, confiabilidad y competencia. Trascendió que los Vicini lanzarían a David Collado por un partido minoritario. Y en el PRM, Alburquerque y Guido Gómez esperan a Luis para las primarias. Este último aglutina al grueso de los perremeístas sin empleo. El panorama se complica.
