PITTSBURGH (AP).- Al pelotero considerado la piedra angular en la reconstrucción de los Piratas le gusta lo que ve por ahora. “Una vez que obtengamos a más jugadores y que tengamos a más jóvenes que sean realmente buenos en este sistema, creo que vamos a mejorar“, valoró el antesalista Ke’Bryan Hayes. “Hay que estar todos unidos, pero la química es buena”.
Lo lograrán en algún momento, al menos en teoría. Pero nadie sabe cuándo ocurrirá ello, ni siquiera el cerebro en las primeras etapas de una reestructuración total.
Aunque el gerente general Ben Cherington y el manager Derek Shelton — en su segundo año — insisten que saldrán a dar pelea, sus movimientos en el último invierno apuntan al futuro.
Se han ido el primera base Josh Bell y cuatro abridores de Grandes Ligas, incluidos Jameson Taillon y Joe Musgrove. La mayoría emigró en el invierno, a cambio de prospectos que llegarían al primer equipo en un momento por definir.
“Cualquier mejora que hemos visto en nuestro talento general dentro de la organización no es suficiente, pero pienso que hemos visto algo de ello en el último año”, dijo Charington.
El resultado de eso es que los Piratas se condenaron a sí mismos a una especie de purgatorio en 2021. Hay peloteros como Hayes —una revelación al batear para .376 en 24 juegos tras ser convocado en septiembre—, o como el jardinero izquierdo Bryan Reynolds y el pitcher Mitch Keller, quienes están en los planes a largo plazo.
Por ahí andan también veteranos errantes como el primera base Todd Frazier y el jardinero Brian Goodwin.
Ambos firmaron convenios por un año con la esperanza de mantener vivas sus carreras y de dar ejemplo a los jóvenes acerca de lo que se requiere para permanecer mucho tiempo en las mayores.
Después de todo, poco puede empeorar para un equipo que fue último de las mayores, con una foja de 19-41, en la campaña de 2020, abreviada por la pandemia. Sus resultados este año dependerán en que Hayes consolide su prometedor debut y que un cuerpo de lanzadores medio improvisado siga creciendo en la segunda temporada del coach de pitcheo Oscar Marín.
NUEVA IMAGEN
Hace tiempo que pasó el mejor momento de Frazier —cuando fue elegido dos veces al Juego de Estrellas como antesalista en Cincinnati.
Sin embargo, se ha ganado la reputación de un pelotero que contagia su energía en el clubhouse. Goodwin está en su quinto equipo en seis años, pero espera brindar estabilidad en el jardín central, donde hay una competencia abierta.
El abridor zurdo Tyler Anderson tuvo un récord de 4-3 y una efectividad de 4.37 en San Francisco la temporada anterior. Dará a los Piratas una segunda opción como zurdo, después de Steven Brault.
Los relevistas Trevor Cahill y Duane Underwood se unen a un bullpen que tendría mucho trabajo, considerando que la rotación carecerá de mucha experiencia.
NOVATOS
La reconstrucción de los Piratas está en sus primeras etapas, a tal grado que los prospectos de alto impacto no llegarían a las mayores sino en un año o más, salvo por el caso de Hayes.
El hijo del expelotero de las Grandes Ligas Charlie Hayes finalizó sexto en la votación para el Novato del Año 2020 en la Liga Nacional y es elegible para el galardón de nuevo en 2021.
El joven de 23 años es lo más cercano que tiene Pittsburgh a un “rostro de la franquicia”.
POLANCO Y SU FUTURO
El jardinero derecho Gregory Polanco es el último eslabón de un grupo que llegó a los playoffs cada año del 2013 al 15. El dominicano de 29 años devengará 11,5 millones de dólares en esta temporada, casi una cuarta parte de la nómina.
Es bastante para cualquier pelotero, mucho más si bateó apenas para .153 en 2020. Su octava campaña en Pittsburgh sería también la última con el club, que tiene opciones para renovar en 2022 y 23. Lo mejor que podría pasarles a ambas partes es que Polanco recuperara la forma de 2018, cuando bateó 23 jonrones, la mayor cifra de su carrera.
Ello permitiría que los Piratas lo cedieran en canje para que prosiga su carrera en otro club.