Opinión Articulistas

Plan Estratégico

Plan Estratégico

Carlos Manuel Estrella

Es una falacia que exista crisis en el empresariado de Santiago, como se ha querido inducir con motivo de la asamblea general y eleccionaria del Consejo para el Desarrollo Estratégico de la Ciudad y el Municipio de Santiago (CDES), conocido más por su principal producto, el Plan Estratégico de Santiago (PES).

La realidad es que habrá una elección, convocada para este jueves, que debe ser un proceso natural dentro del ejercicio democrático de toda asociación sin fines de lucro, como es el CDES, que opera bajo el régimen jurídico de la ley 122- 05 y que, en consecuencia, no debe haber una perturbación adelantada.

Lo cierto es que el Plan Estratégico de Santiago transita sus mejores tiempos como instancia aglutinadora y articuladora de los proyectos de mayor transcendencia dentro de una visión desarrollista que ha sido elogiada en todo el país y que en estos momentos concentra el apoyo del gobierno central y local.

Si existen temores se trata del peligro latente de que actores de nuevo cuño, parte de la antigua villa que pese a ser metrópoli en ebullición se resiste, quieran confundir a la opinión pública y “enredada”, romper la tradición de una elección consensuada y echar por la borda la unidad labrada por decenios.

Habría que reflexionar también sobre “el mal necesario” en círculos empresariales, el costo pagado por la comunidad por esa razón y establecer responsabilidades de quiénes engendraron “el monstruo” que ahora puede sacarle sus propios ojos, en un medio en que todos se conocen y todos callan.

Un proceso electoral es la secuencia lógica de un ejercicio participativo y no se puede afirmar ni vaticinar una crisis, porque si ocurriese, quiere decir que quienes plantean la confrontación se sienten derrotados desde ya o tienen planificado abortar la votación o inducir a que sus resultados sean cuestionados.
Los logros del CDES no son individuales y son patrimonio de Santiago.