El ministro de Turismo, David Collado, ofrece una muestra de compromiso y autoridad con el plazo a los contratistas que trabajan en la restauración de la Ciudad Colonial.
Con los recursos en el bolsillo no hay razones para la inquietante demora en las obras que se efectúan en la zona.
Para el tiempo que se lleva trabajando en la rehabilitación de calles y de otros espacios es poco lo que se ha avanzado.
Los tradicionales visitantes, comerciantes y residentes en el sector están con el grito al cielo por las incomodidades para transitar y parquear vehículos por los retrasos en las obras.
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El ministro de Turismo, con el Ayuntamiento y Cultura, amenazó con proceder judicialmente contra los contratistas que han incumplido con sus obligaciones. Collado sabe que la Ciudad Colonial representa la principal zona de esparcimiento de la ciudad.
Pero además el Gobierno tiene que velar para que las obras se ejecuten en el tiempo previsto con la debida calidad. Son cientos de millones de pesos los que hay en juego en el remozamiento de calles y otras zonas en la histórica Ciudad Colonial.
Si los contratistas no cumplen con sus responsabilidades la ciudadanía aplaudirá que se actúe, partiendo del supuesto, claro está, de que las autoridades han cumplido con las suyas.
El ultimátum a los contratistas obliga a velar no solo en cuanto al avance de los trabajos, sino a la calidad de los proyectos. Pero de que había que dar un ejemplo no cabe la menor duda.