La Feria del Libro que finalizó, día dos presente mayo, reportó las concurrentes falencias de siempre, desorden terminación anaqueles, oportunidad mercaderes alimentos y bebidas refrescantes, dificultad acceso Zona Colonial con un solo parqueo público, y punto final, la generala lluvia, presente siempre fin abril, augurio tradicionales aguaceros mayo.

Sin conocerla, me entusiasma respaldar ministra de Cultura, Milagros Germán, admirándola siempre por sus penurias sentimentales y físicas, ambas enfrentadas, conforme informes, con extraordinaria entereza y valor.

Los inconvenientes para que la recién celebrada Feria del Libro se atascaran en el marasmo ancestral, realmente, en justicia, no corresponden endosarla a Milagros Germán, una persona idónea, firme secundadora full de nuestro presidente Luis Abinader, más bien, a las inobservancias de siempre que fueron pasadas por alto, en vez de proceder reformarlas.

Esas reformas consisten en primero, celebrar las próximas Ferias del Libro en la Plaza de la Cultura en julio-agosto, meses menor lluvias, y conforme he señalado por años, construir en su área un edificio de parqueos de seis niveles, con demanda de uso permanente.

Prohibir expendios de alimentos y refrescos, algodón dulce incluido, no solo en el recinto Plaza de la Cultura, sino en calles aledañas.

Exigir expendedores libros llevar anaqueles de metal ya ensamblados, con una mesa exhibición, y una carpa de plástico cubrir intemperie.

Concertar ministerio Cultura con ministerio Educación extender miniaturas Feria Libro en escuelas provincias, suprimiendo el espectáculo lastimoso de niños transportados como ganado en autobuses desde remotas provincias, con impedimento apremio necesidades físicas, en cuatro y cinco horas de travesía desde las provincias fronterizas, desfallecidos de hambre, y deshidratados, donde tampoco en el escenario Feria Libro pueden liberar esos apremios.

Exhortar a Milagros Germán visitar las Ferias del Libro de Guadalajara México, y Sevilla, España, abrevando observaciones y experiencias para trasegarlas en la venidera Feria del Libro en la Plaza de la Cultura, aún sin el parqueo de seis niveles, que recomiendo convenza a nuestro presidente Abinader ordene construir.

Amante de los libros desde niño, porque ellos son los iluminados protagonistas de cuanto me han enseñado, gratitud a ellos por lo poco que soy, acariciando cada uno de mis libros como si fuesen hijos míos, limpiándolos de la pátina del tiempo con una brochita, y ¡tantas veces besándolos como si fuese a mi hija Francesqua!, en realidad son pormenores que me motivan a recomendar estas sugerencias del alma a Milagros Germán.

Una dama que me merece un alto sentido de respeto y admiración por los apelativos expuestos, merecedora de solidaridad y reconocimiento por los denodados esfuerzos que ejecuta, arañando junto a su novatada, para pasar con suficiente su travesía por Cultura, secundado a nuestro querido gobernante.

Por: Ubi Rivas ubirivas30@gmail.com