¿Qué Pasa? Generalidades

Premios Soberano

Premios Soberano

Carlos T. Martinez

El Premio Soberano, el evento más importante para la cultura y el arte en el país, siempre genera muchos temas.

Y es que la entrega de los premios que organiza la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte) se ha convertido no solo en un evento para reconocer lo más destacado del año, sino también en un escenario de exigencias, disputas y presiones que muchas veces desafían la lógica y el buen juicio. Cuando un presidente de Acroarte asume el reto de organizar este evento, debe lidiar con una serie de demandas que van más allá de lo profesional y se adentran en un territorio de lo absurdo.

Uno de los temas más recurrentes en los entornos cercanos a la organización del evento es la distribución de las boletas para asistir a la gala. Pues suelen aparecer unos personajes que creen que el evento es exclusivamente para ellos y no dudan en expresar sus «deseos» sobre las ubicaciones y la cantidad de entradas que desean.

«Mis boletas, deseo dos, deseo diez», se escucha a algunos decir, ya que quieren llevar la familia completa y hasta a los que ofrecen servicios en su casa, cuando el Teatro Nacional no llega ni a 1,500 butacas. Los nominados, que son parte de una estructura de más de 50 categorías, se sienten con derecho a una o dos boletas adicionales.

A veces exigiendo que no sean en cualquier lugar, sino en la segunda fila, o incluso en un lugar especial, a la altura de los más grandes. Lo peor de todo es que esas demandas se perciben como una obligación para los organizadores, como si el Teatro Nacional fuera un estadio de béisbol. Acroarte tiene 230 miembros. Entonces, supongamos que se le dan dos entradas a cada uno de estos miembros; el resto debe ser distribuido entre los nominados, patrocinadores y otros invitados especiales.