Opinión

Presencia economica

Presencia economica

POR: Daniel Guerrero
guerrerodanielus@yahoo.com

 

¿Deflación?
Un nuevo fantasma para aflorar dentro del panorama de la economía mundial. Así acaban de advertirlo el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE): la deflación en los países de la Unión Europea (UE).
En efecto. la directora gerente del FMI, la francesa Christine Lagarde, señala que «una inflación muy baja en las economías avanzadas, y especialmente en la eurozona». Y ocurre que “los precios bajos generan expectativas de más precios bajos entre los consumidores y empresas, con lo que «se eleva el riesgo de deflación». También el Economista en Jefe de la OCDE, el italiano Pier Carlo Padoan, sostiene que “hay un riesgo de riesgo de deflación, aunque no sé lo grande que es».

Pero, ¿en qué consiste la deflación? La deflación significa que las tasas de crecimiento de los precios se sitúen de manera prolongada por debajo de cero, en terreno negativo, pues los consumidores reducen su asistencia al mercado debido a limitaciones en sus ingresos y expectativas de que los precios de numerosos bienes y servicios seguirían cayendo.

Cuando en una economía sobreviene un alza en el índice de precios al consumidor se dice que hay inflación. La suba en los precios de los bienes y servicios que demandan las personas constituye una grave afectación económico-social, pues habrá que disponer de más dinero para comprar en el mercado. La inflación señala el camino hacia el hambre.

Pero, ¿cómo se denomina el fenómeno económico que consiste en la reducción acelerada en los precios de los bienes y servicios a niveles por debajo de sus costos de producción? Se llama deflación, que es lo contrario a la inflación. La deflación hace presencia cuando el dinero en manos del público es escaso. La gente quiere comprar un televisor, una cama, alimentos, viajar o adquirir cualquier otro bien o servicio, pero no puede. Entonces los precios comienzan a bajar porque para comprar todo lo que se vende y compra falta el medio de pago.

Puede ocurrir que la cantidad de dinero en manos del público no sea suficiente para cubrir la demanda del mercado en las operaciones de compra y venta bienes y servicios. La producción se mantiene, pero esa oferta carece de una oportuna demanda.
Lo cierto es que en Europa el ritmo de crecimiento económico es muy lento, el nivel de desempleo continúa elevado y la demanda interno sigue débil, lo que se asocia a la falta de dinero en manos de los consumidores. Además, los riesgos de una mayor desaceleración global continúan creciendo: Estados Unidos no ha logrado impulsar claramente su sector industrial y China sigue dando cada vez mayor prioridad a su mercado interno.

La deflación, o incluso una inflación reducida, resulta ser una mala noticia para los países endeudados, dado que el fenómeno tiende a inmovilizar la economía, mientras que la inflación reduce el valor real de la deuda y la hace más fácil de soportar
Con la deflación los consumidores dispondrán de menos dinero para ir al mercado debido a la caída en picada de la producción, el incremento en el número de los desempleados y la lógica disminución de la demanda de muchos bienes y servicios. Y es que todos los extremos son malos: la inflación persistente o la deflación acelerada.

El Nacional

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