Opinión

Presencia económica

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Daniel Guerrero

¿Quién califica?
Los mercados internacionales siempre toman en cuenta sus opiniones, los gobiernos de los países cruzan los dedos en espera de una buena aprobación, en tanto que cada vez más se levantan voces demandando su necesaria regulación: se trata de las famosas empresas calificadoras de riesgo.

El concepto “riesgo país” ha pasado a ocupar un lugar protagónico dentro de los movimientos de capitales en la era de la globalización financiera, pues los inversores internacionales están muy interesados en saber si su dinero se encuentra a buen resguardo.
Se puede definir a una empresa calificadora de riesgo como aquella que se dedica “a realizar análisis de aspectos cualitativos y cuantitativos para emitir una calificación u opinión sobre la capacidad de cumplimiento de pago de las obligaciones financieras de un deudor o de una emisión de títulos de deuda en particular”, al decir del investigador costarricense Gerardo Corrales.

Las empresas calificadoras de riesgo deben de estudiar el desempeño económico de un país y emitir opiniones en torno a su capacidad financiera para asumir el cumplimiento de sus obligaciones externas ante los inversionistas que compran bonos soberanos o cualquier otro instrumento de deuda.

Por eso, cuando las controversiales compañías rebajan la calificación de la deuda de un país a éste le resulta más caro pedir prestado en los mercados.

Y es que el peso psicológico de esa opinión gravita sobre la imagen internacional de la economía evaluada.

Aunque en el mundo existen alrededor de 140 calificadoras de riesgo –según refiere el Banco de Pagos Internacionales, con sede en Bruselas, Bélgica-, lo cierto es que tan sólo tres empresas gozan de mucho reconocimiento en los mercados financieros internacionales: Moody’s, Standard and Poor’s y Fitch, todas de factura norteamericana.

Fue a mediados del siglo XIX que Henry Poor creó en 1860 el embrión de la compañía Standard & Poors; John Moody fundó Moody’s Investors Services, en 1909; en tanto que John Fitch fijó la atención en 1913 en la calificación del sector industrial.

Debe recordarse que durante la pasada Gran Recesión (2008-2009) la imagen de las calificadoras de riesgo quedó maltrecha, tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea, pasando por el mundo financiero asiático.

Es innegable que las agencias calificadoras fomentan la especulación financiera internacional y se oponen a todo medida que conlleve regulación de los mercados de capitales.

Lo dicho en el párrafo anterior podría comprenderse mejor si se reconoce que esas empresas calificadoras suelen captar sus mayores ingresos a través de los estudios que hacen a países, entidades financieras y empresas, lo que implica un nivel de dependencia presupuestal que suele gravitar en las conclusiones finales de los citados trabajos.

Podría sostenerse que muchos de los criterios evaluativos que emplean las empresas calificadoras de riego resultan ser objetivos para el análisis del desempeño económico de tal o cual país, pero los mismos, bajo ningún concepto, deberían considerarse como infalibles, libres de equivocaciones.

El Nacional

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