Con su comparecencia ante la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU), el presidente Leonel Fernández ha insertado a República Dominicana en el trascendente debate sobre la pertinencia de regular los mercados financieros internacionales como garantía para evitar la especulación y la estabilidad de los precios de alimentos y petróleo. El Presidente ha propuesto en línea general que se declare en beneficio del género humano que los alimentos no puedan ser considerados como un activo financiero, bajo el entendido de que entre un 30 y un 40 por ciento de los precios de materias primas básicas como maíz, trigo y sorgo, así como derivados del carburante, es consecuencia de la especulación financiera.
Sin importar el destino que le aguarde en el seno de la ONU, el proyecto de resolución presentado por el jefe de Estado para que se fije un límite al volumen de transacciones que realizan en los mercados de futuros compañías aseguradoras, fondos de pensiones o bancos de inversiones, ha sido una iniciativa saludable y compatible con los reclamos de naciones pobres cuya sanidad económica depende de importaciones de petróleos y alimentos. Mucho antes de presentar su propuesta ante la Asamblea de la ONU, el presidente Fernández emprendió una vasta ofensiva diplomática en todo el mundo, que concitó el respaldo de más de 70 jefes de Estado y de Gobierno, así como de dirigentes de organismos multilaterales, por lo que puede decirse que esa cruzada contra la especulación financiera no caería en saco roto.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, prometió al mandatario dominicano que encaminaría ese proyecto de resolución a los fines de que sea aprobado en alguna instancia de ese organismo, con lo que su contenido tendría una resonancia aun mayor, lo que indica que para concitar atención mundial no se requiere que una iniciativa justa o revolucionaria tenga que partir de alguno de los líderes que ocupan trono en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Los planteamientos del mandatario dominicano resultan válidos y garantistas del esfuerzo que realiza la comunidad internacional para desincentivar las operaciones especulativas que alientan la volatilidad de los precios, como la propuesta de incrementar depósitos de garantías en la suscripción de contratos a futuro. Es injusto que aquí se censure como quimera la iniciativa presidencial o que se postule que el Presidente descuida prioridades internas para promover su liderazgo a nivel internacional. Es de justicia señalar que el mandatario ha hecho buen uso del escenario de la ONU, donde presentó una propuesta que representa el anhelo de millones de seres humanos hoy vulnerables o excluidos por la arrogancia, la codicia y el afán desenfrenado de acumulación de riqueza.
La falta de previsibilidad en los mercados a causa de una burda especulación que envuelve cada día transacciones de alimentos y petróleo por billones de dólares, ha sido causa de que millones de seres humanos ingresen hoy a la condición de extrema pobreza. Por tanto, el presidente Fernández ha tenido una iniciativa válida, responsable, provechosa y digna de tomarse en cuenta.
