Opinión Articulistas

Propuestas

Propuestas

Orlando Gómez

(200)
Con esta alcanzo 200 propuestas realizadas en este espacio en el curso de casi 5 años. Elaborar una propuesta cada semana durante ese período ha significado uno de los retos más grandes que he enfrentado como escritor por lo que satisfecho con el trabajo realizado, pondré pausa a la elaboración de propuestas para retomar mis artículos de opinión. Como última propuesta de esta cadena, me deseo dirigir a los jóvenes dominicanos para exhortarles a que hagan realidad el país por el que sueñan, no como un dicho bonito dejado en el abstracto, sino como la oportunidad de hacer mucho dinero y lograr abundantes éxitos en sus vidas como profesionales.

Yo también fui joven una vez, y al igual que el 60% de los jóvenes de hoy en día (según un estudio de ANJE al respecto), también consideré emigrar de República Dominicana por las faltas de oportunidades y la deficiencias sistémicas del país que parecen insuperables, y que hacen del vivir aquí un reto y ejercicio injusto de paciencia inagotable.

En mi juventud, reconozco que tenía un ojo muy perspicaz para detectar y describir cada uno de los frustrantes problemas de este país y las mil formas que me irritaba tener que sortearlos para llevar mi día a día. Tenía un arte para describir de las formas más pintorescas todo cuanto me provocaba irritación y las mil formas en la que en otros lugares, con soluciones de sentido común, ya no padecían de esas ridiculeces.

Ese talento para resaltar todo lo que está mal en nuestra sociedad lo sigo viendo en la juventud de hoy en día en sus múltiples expresiones, desde su trabajo en las aulas, los dichos en su música popular, las conversaciones de sobremesa y hasta en las expresiones más coloquiales de su existir público y privado, que inevitablemente se refleja en su deseo de buscar mejor suerte en otras latitudes, como yo una vez también lo consideré. Sigo identificando el hartazgo de mi juventud en la voz de nuestros jóvenes de hoy en día, y siendo justos, no puedo culparlos.

Pero hoy, con el beneficio de algunos años y 200 propuestas escritas, me parece más que evidente que el tonto fui yo, y si puedo hacer algo para remediar mis tonterías de la juventud es alertar a los jóvenes de ahora de no cometer mis errores y visualizar los mismos irritantes problemas que yo vi y critiqué en mi momento de una manera distinta.

Sí, República Dominicana está plagada de muchos problemas que generación tras generación no parecen resolverse. Debo confesar que quejarse de esos problemas es bastante cómodo y hasta gracioso, pero esa comodidad y gracia no suele dar mucho. Lo que sí cambiaría fundamentalmente las cosas es solucionarnos, y hacerlos con soluciones escalables que se traduzcan en negocios y empleos para muchas personas.

Cada problema que padecemos en nuestra sociedad es una oportunidad. Las deficiencias en la recogida y manejo de la basura, los apagones, el tránsito, la pobre calidad del servicio al cliente, la falta del agua en algunos sectores, la lentitud de la justicia, todos y cada uno de los problemas que podemos identificar en nuestro país son una enorme oportunidad esperando por alguien a ser tomada, resuelta de manera rentable, escalable y exportable a otros países que igual que nosotros también lo padecen. Y hoy, después de 200 propuestas, quiero creer que esa visión puede venir de nuestra juventud, cuando esta opte dejar de mirar por soluciones afuera, y las implemente adentro.