Opinión

QUINTAESENCIA

QUINTAESENCIA

POR. Rafael Ciprián
rafaelciprian@hotmail.com

 

De Manolo a Minou

 

La renuncia de Minou Tavárez Mirabal del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) no me sorprendió. Pensé que sería más rápido. Era previsible. Se pueden señalar muchos momentos claves del inicio del fin de su militancia en la organización que creó Juan Bosch, ese sol fulgurante de la dignidad y el decoro. Pero hay uno que se hizo evidente en la propia voz de Minou. Y ella estaba plenamente consciente de lo que decía y hacía en aquel instante memorioso. Hasta el grado de que Minou nunca conectó tanto en su discurso, por el carácter de compromiso y desenlace anunciado, con su padre, el inmortal M. A. Manolo Tavárez Justo, quien se inmoló por sus ideales democráticos.

Minou es una mujer con una formación política basada en principios y objetivos de servicio social. Por vocación y compromiso histórico está obligada a luchar por una sociedad más justa, donde reine la fortaleza institucional, se respeten la dignidad y los demás derechos fundamentales de las personas. Recuerden que el inconmensurable José Martí afirmó que vivimos, conscientes o inconscientemente, encadenados a valores éticos, morales o filosóficos. Y que en ese sentido pasamos por la vida como caballos embridados. Lo que debemos procurar es que esos lazos que nos atan y nos obligan a tomar decisiones sean los mejores, los que sirvan al bien común. Afortunadamente, Minou es una mujer que vuela con las alas de ciertas mariposas no rendidas al tiempo.

El carismático líder del 14 de Junio selló su destino histórico en aquel acto en que pronunció el discurso admonitorio contra lo que llamó la oligarquía y los señores de la reacción. Advirtió que si interrumpían el orden democrático él y su partido sabían donde estaban las “escarpadas montañas de Quisqueya.” Aseguró que allá irían para restablecer el orden político y jurídico, si era necesario. Y, como hombre de palabra y político comprometido, cumplió con su promesa. El desenlace trágico de esa actuación es conocido. Sus consecuencias las seguimos pagando todos los dominicanos.

Por su parte, Minou selló su salida inminente del PLD en el acto en que puso en circulación el libro que contiene las cartas que se intercambiaron sus padres, Manolo y Minerva Mirabal. En las palabras que pronunció en ese encuentro, para todos los que la conocemos, estaba claro que ese era el campanazo que marcaría su salida del partido que prometió completar la obra de Juan Pablo Duarte y los trinitarios. Hizo críticas severas a las gestiones de gobierno y planteó su distanciamiento de ciertas prácticas que calificó como corruptas y de impunidades.

Si el discurso de Manolo lo llevó a la muerte en Las Manaclas, el discurso de Minou la condujo a la renuncia del partido morado de la estrella amarilla. Los sujetos en sí y para sí, que adquieren conciencia social, hacen coincidir su pensar con su decir y su actuar.

De Manolo a Minou, para bien o para mal, hay un trecho histórico de circunstancias que confluyen.

El Nacional

Es la voz de los que no tienen voz y representa los intereses de aquellos que aportan y trabajan por edificar una gran nación