Crisis en haití

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El sueño ha terminado, la realidad es diferente. La crisis en Haití parece que va para largo. El pasado lunes no se pudo ratificar en el Senado de ese país al postulado primer ministro Fritz William Michel. Hay escasez de combustibles y los haitianos cruzan la frontera para abastecerse en las estaciones de carburantes de los pueblos fronterizos, a pesar de la vigilancia de las autoridades dominicanas.

Desde febrero pasado en Haití se han registrado masivas y violentas protestas en demanda de la renuncia del presidente Jovenel Moïse y del esclarecimiento del programa Petrocaribe, que desarrolló el Gobierno de Venezuela.

El jefe del Ejército, el mayor general Estanislao Gonell Regalado, informó que la frontera fue reforzada en todos los niveles de seguridad, pero aumenta el flujo de haitianos que entra al país, y que ahora con los líos en esa nación se ha incrementado, no ha podido ser detenido no obstante las medidas adoptadas.

Si la situación se sigue agravando en Haití, mayor será la corriente de haitianos ilegales que cruzará la frontera en búsqueda de una mejor vida, creando mayor demanda de servicios a nuestro deteriorado Presupuesto.

Con esta crisis en ese país, las autoridades están en la obligación de reactivar el programa de repatriación de indocumentados, para evitar que los cientos de haitianos que penetran diariamente se asienten en los barrios de las diferentes ciudades y en los campos, incrementando los cinturones de miseria que abatea a la nación.