La interrupción del mercado binacional de Dajabón evidenció las precariedades de la zona fronteriza, que en conjunto se vino abajo por la caída del intercambio comercial.

Pero un estudio del Ministerio de Relaciones Exteriores realizado a través del Instituto de Investigación e Innovación de Formación Diplomática y Consular indica que el problema fronterizo va mucho más allá del intercambio comercial con Haití.

Entre los males que afectan a las provincias de la zona el desempleo, comercio ilícito, desplazamiento poblacional, deterioro ambiental, flujos migratorios desordenados y el tráfico de drogas.

Pero todavía no es toda. A los males se agrega la incapacidad de los ayuntamientos para ejecutar obras, así como la baja densidad económica, incomunicación y la pobreza extrema.

Los proyectos que ejecuta el Gobierno en Pedernales parece, según el estudio, que son insuficientes para impulsar el desarrollo de las provincias fronterizas.

Las emergencias complejas son un aspecto en que el estudio de Relaciones Exteriores hace hincapié al destacar que la necesidad de una frontera segura es de gran importancia por la desestabilización que ha afectado a Haití desde el asesinato en 2021 del presidente Jovenel Moïse.

El estudio concluye, con lógica, en que por un lado es un verdadero reto para el país vigilar 1,771 kilómetros de costa y 392 de frontera terrestre, y por el otro efectuar las inversiones para mejorar las condiciones de vida en la región.