Santo Domingo.-En una reunión ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el ministro de Relaciones Exteriores dominicano, Roberto Álvarez, definió como “alarmante y atroz la situación política y de seguridad en Haití y demandó de ese alto organismo internacional acciones para revertir esa situación.

Dijo que República Dominicana está dispuesta a participar en un diálogo político creíble, inclusivo, y sostenido en Haití, para sacar a esa nación de la anarquía y la inseguridad que vive.

Expresó que la celebración de elecciones mientras las pandillas controlan grandes extensiones de territorio solo profundizará los problemas de Haití y los hará más intratables.

Durante su discurso, el pasado viernes, el funcionario dijo que ese diálogo debe conducir a un acuerdo de las fuerzas gubernamentales, la sociedad civil, el sector privado y la población haitiana, para salir de la crisis.

Agregó que esa acción debe ser apoyada de cerca por la ONU y otros actores internacionales clave, como Caricom y la Unión Africana.

Bases del diálogo

Ese diálogo, siguió diciendo Álvarez, debe abordar las deudas históricas y que aborde los grandes desafíos y sus soluciones concretas”.

Indicó que la igualdad de género, las oportunidades para los jóvenes y el pleno respeto de los derechos humanos deben desempeñar un papel central en este proceso.

“La tan necesaria reconciliación que ponga fin a la larga división política de Haití es el primer paso necesario hacia ese fin”, precisó.

“Sobre la base de principios y objetivos comunes acordados, el liderazgo político de Haití debe indicar el camino para hacer de este un punto sin retorno”, siguió diciendo.

Precisó que “los propios haitianos, y nadie más, deben abrir la puerta y liderar el camino hacia las reformas necesarias que el país necesita con tanta desesperación y por las que los haitianos de a pie claman con urgencia.

Voluntad colectiva

“En cualquier país, el progreso y el bienestar de su pueblo se basan en la voluntad colectiva, decisiva e inclusiva de sus ciudadanos, canalizada a través de instituciones democráticas funcionales, dirigidas por un liderazgo competente, que implemente políticas efectivas”.

“La tan necesaria reconciliación que ponga fin a la larga división política de Haití es el primer paso necesario hacia ese fin”, agregó el funcionario gubernamental, responsable de la política exterior del país.

Amenaza cotidiana

Expresó que la violencia de las pandillas y los grupos paramilitares, los secuestros, los abusos de todo tipo y la intimidación son una amenaza cotidiana para el pueblo haitiano.

Consideró que nunca habrá estabilidad en Haití mientras persistan los niveles actuales de inseguridad.
“Esto, sumado a una aguda inseguridad alimentaria y un entorno desafiante para la asistencia humanitaria, hacen de esta una situación insoportable para los haitianos comunes y corrientes”, precisó.

Explicó que la realidad de Haití se agravó después del asesinato del presidente Jovenel Moïse y los efectos devastadores de los recientes desastres naturales. Dijo que dado el estado de anarquía que hay Haití, no se puede lograr nada hasta que se aborde primero la situación de seguridad.

Un apunte

Antecedentes

El canciller dominicano, Roberto Álvarez, dijo ante el Conseio de Seguridad de la ONU que América Latina tiene una larga y rica historia de diálogo político que ha jugado un papel fundamental en el proceso de democratización y estabilidad en las Américas.