Agentes penitenciarios coartaron ayer el derecho a la libre expresión al recluso Pascual Cordero Martínez (el Chino), condenado a 20 años por tráfico de drogas, luego que este manifestara que estaba pasando mucho trabajo en la cárcel.
Cuando Cordero Martínez se disponía a narrarle a El Nacional la situación por la que está pasando en el Centro Correccional Najayo-Hombre dos agentes arroparon al periodista para que no le hiciera preguntas, luego que dijera: “Estoy cogiendo pila de lucha”.
El interno penitenciario fue trasladado ayer a la Tercera Sala Penal de la Corte de Apelación del Distrito Nacional donde se conoce un recurso de apelación que interpuso contra la sentencia de primera instancia que lo condenó a 30 años de prisión.
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La audiencia fue aplazada para el 10 de noviembre, a los fines de que esté presente su principal abogado, el jurista y especialista en materia de drogas, Freddy Castillo.
Castillo calificó como un “abuso incalificable” la condena a 30 años, incluyéndole el tipo penal de patrocinio de drogas que supuestamente no estaba en el expediente.
El jurista sostiene que Cordero Martínez no debió ser juzgado por tráfico de drogas.
“Sí hay justicia al Chino tienen que juzgarlo si es o no culpable de lavado, pero nada que ver con droga, eso es abuso incalificable. Esa es una sentencia por el temor que sienten algunos jueces de ciertos nombres que hay que estigmatizar”, aduce el jurista.