No hay mejor homenaje para un artista que ser recordado por sus creaciones. El maestro escultor Gaspar Marío Cruz, partió de este plano el 8 de septiembre del 2006 y, en su memoria, la Galería de Arte Arawak exhibe desde el pasado martes una muestra de sus esculturas en las que se destaca su estilo singular y la conexión que mantenía con la cultura y nuestras raíces.
Se trata de 22 esculturas talladas en caoba, que delatan la gran imaginación del artista e invitan al espectador a un diálogo entre lo ancestral y lo moderno. Sus tallas, de producción vigorosa, siempre dentro de la figuración, a veces cargadas de humor, otras solemnes, según apreciaciones enviadas de la galería.
Las esculturas representan familias, parejas, madres e hijos, figuras divinas y humanas, hombres y mujeres dialogando entre ellos, realizadas con una volumetría de líneas curvas y ovaladas.

22 esculturas del reconocido artista se exhiben en la Galería de Arte Arawak, rememorando su conexión con la cultura y sus raíces
Gaspar Mario además entrelaza figuras del mundo indígena como ciguapas, metresas, duendes, reyes, reinas, espíritus de la selva, así como elementos de la cultura negra: rostros afroantillanos, figuras entrelazadas y desnudas con una mezcla de erotismo, mujeres con tocados o sombreros, palomas y serpientes representando la pureza y el pecado.
La exposición está abierta desde el pasado martes 16, a partir de las 7:30 de la noche, en la sala de exhibición de Arawak Arte Contemporáneo, en la calle Polibio Díaz 11 en el Evaristo Morales.


Su vida y sus obras
Gaspar Mario Cruz nació en San Francisco de Macorís en 1925 y falleció en Santo Domingo en el año 2006. Desde pequeño tuvo inclinación hacia la literatura, la música y las artes y fabricaba sus propios juguetes con madera que buscaba en los patios.
Era un niño muy devoto y tallaba santos que esculpía inspirado en la iglesia parroquial de su pueblo natal. Su estilo lo posicionó como una figura imprescindible del panorama artístico contemporáneo, con importantes exposiciones individuales y colectivas dentro y fuera del país.
Fue ganador de dos primeros premios en la VIII y IX Bienal de Artes Plásticas (1956 y 1958) y un segundo lugar en la X Bienal de Artes Plásticas (1960); Tercer Premio en Escultura en Concurso de Arte E. León Jimenes (1964) y en 1967 su obra fue seleccionada para participar en la Bienal de Sao Paolo, Brasil.
En 1968 formó parte del Grupo Proyecta y en 1981 participó en Signs Gallery en Nueva York, junto con un grupo de artistas dominicanos.
Fue presidente durante dos periodos del Colegio Dominicano de Artistas Plásticos (CODAP) desde donde organizó el Primer Simposio Iberoamericano de Escultura en 1985. En 1989 el Obispo de Santiago, Monseñor Roque Adames, le encargó realizar las puertas de la Catedral Santiago Apóstol compuesta por 17 paneles de caoba y cedro tallados en alto relieve, obra magistral que concluyó en 1990.