Opinión

Reelección 2004-2024

Reelección 2004-2024

Del 2004 a esta parte, la Constitución ha sido estrujada y baloteada como un instrumento apenas al servicio de la reelección. Modificada por Hipolito Mejia para repostularse es aprovechada por Leonel Fernández para anotarse dos cuatrienios más. Estaba limitada entonces, como ahora, a dos postulaciones seguidas, y nunca jamás.

A punto de concluir en el 2012 su tercer periodo, el presidente Fernández arma un complejo tinglado para diseñar una nueva Carta Magna que elimina el nunca jamás, impide una segunda nominación sucesiva, así le permita volver a gobernar transcurrido un periodo. Un traje a la medida. Así, dio paso a Danilo Medina, bajo la promesa de retornar en el 2016.

Desmontada en el 2015 lo que parecía una fórmula infalible para volver, volver, volver, Danilo repite en virtud de una modificación tornada en un simple cuatro más cuatro, y adiós para siempre, estilo Estados Unidos. Fernández “accede por la unidad de su partido”. Confía en que, no a la tercera, sino a la segunda es la vencida. No acepta una reelección más de Danilo, lo que hace improbable el tema de una nueva constitución solo para que siga hasta el 2024.

La cuestión trasciende ahora el ámbito peledeista. Incluso, Politico. Ya no se trata de acuerdos internos que puedan existir entre los dos lideres morados. Es toda la nación que ahora se ha puesto de pie para impedir que el PLD siga con el relajo e irrespeto a la Constitución, lo cual echa por por el suelo valores democráticos en lo que habíamos avanzado notablemente en los últimos cincuenta años.

La reelección, por lo visto, pende como espada de Damocles sobre todo el cuerpo social de la nación, dañando y perturbando el orden político, con las altas cortes y la Junta Central Electoral como telón de fondo de una trama que ya da señales ominosas de ser una dictadura con un dictador de reglamento, a pesar tener una tasa de rechazo que supera el 80%.

Se trata de una conspiración que tiene manos arriba al país, excepto a los que están detrás de la conjura. Los seguidores de Fernández, sin importar su filiación, también están bajo las botas opresoras de una fuerza que se cree imbatible e imprescindible.

El Nacional

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