Editorial

Reenganche

Reenganche

No es justo que por  trapisondas políticas o escarceos electorales  el Congreso alargue la agonía de miles de empleados de  alcaldías y  juntas municipales que no han podido aún cobrar el salario 13 o doble sueldo  porque  el tradicional préstamo que sirve de sustento a esa erogación ha sido dejado sobre la mesa en la Cámara de Diputados.

Se trata de un proyecto de ley que  autorizaría al Banco de Reservas a otorgar  un crédito de hasta  mil millones de pesos para que los cabildos cumplan con el pago de  la regalía pascual, un procedimiento que  se solicita todos los años.

Resulta que  desde tiempos inmemoriales los ayuntamientos y juntas municipales  pagan la regalía mediante financiamiento, que antes cada corporación edilicia solicitaba por separado  al Banreservas para cubrirlo en  12 cuotas consecutivas, con la sola condición de que contara con la aprobación  del hoy Ministerio de Hacienda.

Por año, ese tipo de crédito se renueva cada diciembre, por lo que  se conoce como “reenganche”, en razón de que se renueva sin mayores dificultades y se cobra  mediante descuento cada mes  a la cuenta de los ayuntamientos, salvo aquellos que lograron mediante ahorro aprovisionar los recursos para  cubrir el doble sueldo.

Con la promulgación de la Ley de Crédito Público, 2006, además del visto bueno de Hacienda,  se requiere que ese empréstito sea aprobado por el Congreso Nacional, en razón de que su cumplimiento abarca al siguiente ejercicio fiscal, pero aun así,  tiene la característica del “reenganche”, sin mayores consecuencias financieras para los cabildos, pues el monto de su financiamiento  siempre figura en la Ley de Presupuesto.

¿Por qué  se  “merenguea” la aprobación pura y simple de un crédito que procura  satisfacer un derecho de los servidores de ayuntamientos y juntas municipales y cuyo pago está previsto en la Ley de Ingresos y Gastos Públicos?

Si para la inmediata aprobación de ese préstamo se requiere desglosarlo de otros  empréstitos, pues que se haga, pero no es justo -se repite- que por  algún  tecnicismo o deseo de fastidiar se castigue a empleados y trabajadores que nada tienen que ver con la encarnizada  contienda electoral.

Lo menos que se debe reclamar es que mañana mismo el Congreso  otorgue facultad al Banco de Reservas para  conceder  el bendito préstamo y   que los ayuntamientos distribuyan de inmediato la regalía navideña o doble sueldo, que no es limosna, sino derecho bien ganado.

El Nacional

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