El irrespeto es tan burdo que, justamente, a días de cumplirse 58 años de la invasión yankee al país, 28 de abril del 1965, como todo Gobernador de Colonia, Luis Abinader recibe a la Sra. Sherman en el Palacio Nacional, quien posteriormente hace un recorrido por parte de la zona histórica, donde el comandante, y héroe nacional, Francisco Alberto Caamaño tenía su comando central; fue acompañada de la Alcaldesa del Distrito Nacional y Secretaria General del PRM, Carolina Mejía.
Estos viajes se dan en un contexto de que, EEUU todavía no tiene embajadores en el país, dejando todo en manos del encargado de negocios de la Embajada gringa.
El RID apoya todas las luchas populares, sectoriales, de trabajadores, campesinos, micros, pequeños, medianos comerciantes y productores, así como la lucha contra la destrucción de los ríos, las inundaciones, contaminación del medioambiente, la privatización del agua; contra los abusos de la Barrick Gold Pueblo Viejo, la privatización de Punta Catalina, los fideicomisos del PRM-Luis Abinader y demás partidos del sistema.
Luchamos por la terminación de la presa Monte Grande, por el desarrollo y beneficio de la producción agropecuaria y agua potable de la Región de Enriquillo.
Apoyamos la lucha de San Juan de la Maguana, contra la empresa canadiense Gold Quest, que trabaja en la explotación de la mina Romero y Romero Sur; estamos en contra de la extracción del carbonato de calcio en las lomas de Las Filipinas y sus depósitos en el puerto de Barahona por la empresa Belfond Enterprise, el cual está dañando, degradando y alterando los acuíferos, afectando el clima y destruyendo sus montañas.
Le hacemos un llamado al movimiento social que, es imprescindible transformar las luchas económicas y sociales, en luchas políticas, como única herramienta posible de lograr transformar las condiciones de vida en que vive el pueblo dominicano. De lo contrario, solo serán beneficiados la misma derecha, y/o los sectores reformistas. Época de socialismo a lo dominicano.
Por más de dos años, de pleno proceso electoral, la derecha, terminado el tiempo de votación, empieza de una vez sus actividades proselitistas, opacas o claras. Encontrando caldo de cultivo en el limitado nivel de institucionalidad y respeto a los organismos en que se encuentra el país.
Por: Felipe Lora