Tras la sacudida en Colombia y el festival de alzas de precios se veía venir que el Gobierno daría marcha atrás a la cacareada reforma tributaria para incrementar los ingresos. Antes que la creación de nuevos impuestos para financiar el presupuesto de 2022, el Gobierno se ha inclinado por el constitucional pacto fiscal.

Al anunciar la decisión el presidente Luis Abinader, quien había dicho que la reforma afectaría sólo a los grandes capitales, reconoció que no estaban dadas las condiciones para impulsar el proyecto.

Ya el mandatario, en lo que se definió como un gesto de sensatez, renunció en abril a los impuestos que se habían contemplado para financiar el presupuesto de este año.

La actual decisión es otro gesto de sensatez, aunque algunos sectores estimen que también se trata de debilidad. Pero desde todo punto de vista se trata de un respiro para la población.