Editorial

 San Valentín

 San Valentín

El Día del Amor y la Amistad,  una costumbre anglosajona que data de más de 170 años cuando Esther Howland comenzó a mercadear  las primeras tarjetas  postales con formas de corazón o de Cupido como símbolos, se ha enseñoreado sobre todo el mundo y se le tiene como una efeméride que consagra el intercambio de  admiración, solidaridad y reciprocidad entre humanos.

Es  una de  las costumbres paganas que  el cristianismo ha hecho suyas, pues se sabe que   los antiguos romanos adoraban a Eros, dios griego del Amor, al que bautizaron como Cupido y le ofrendaban regalos a cambio de  ayuda para poder conquistar  la pareja ideal.

La más bella historia  sobre  estas efemérides  se refiere al noble gesto del sacerdote  Valentín,  de oficiar matrimonios en secreto en desafío  al emperador romano Claudio II que prohibió el casamiento al considerar que los solteros  eran mejores soldados. También se resalta que el Día de los Enamorados coincide con la época de apareamiento de las aves en el norte de Europa.

Al devenir también en Día de la Amistad,  tan extendida celebración promueve el rescate de uno de los valores más diezmados en la sociedad de hoy: la lealtad al  a la confianza que  dispensa el   prójimo.

Virtualmente secuestrada por el mercantilismo, el Día del Amor y la Amistad sirve  también para que  la familia reflexione  en torno  a la necesidad de erradicar la intolerancia e incomprensión en las relaciones  entre sus miembros, única receta  posible para  disminuir la violencia doméstica y la acelerada desintegración de la institución familiar.

Tan  significativa celebración que estimula formas supremas de relación entre los seres humanos, sorprende a la sociedad dominicana  en medio de una vorágine de feminicidios que costó la vida a más de 200 mujeres a manos de hombres despechados, lo que refleja un  desconcertante nivel  de violencia doméstica.

Este día  dedicado a  consolidar la relación de pareja y la amistad sincera debe  servir también  como clarinada para que los dominicanos  reduzcan  sustancialmente  los elevados  estándares de violencia e intolerancia que  expresan  cotidianamente.

El Día de San Valentín  que se celebra  hoy en casi todo el mundo  debería  extenderse por siempre  en todos los corazones, porque  la peor crisis que padece el mundo  es la  grave y dilatada crisis de amor.

El Nacional

Es la voz de los que no tienen voz y representa los intereses de aquellos que aportan y trabajan por edificar una gran nación