Luego de la imposición de medida de coerción a los imputados del caso Medusa, los interrogatorios se han reducido de forma considerable en la Procuraduría General de la República (PGR).
La antesala de los despachos de los fiscales Yeni Berenice Reynoso y Wilson Camacho, que permanecían repletos de personas, ahora luce vacía, a pesar de los casos importantes de que han sido apoderados ambos magistrados.
Al parecer los magistrados han tomado una tregua para enfocarse en el caso Odebrecht, que está en su etapa concluyente y en los procesos Coral y Medusa que se encuentran en la fase preparatoria, que es donde se reúnen todas las pruebas y el Ministerio Público determina si dispone el archivo o sí presenta acusación.
Uno de los factores que frenó los interrogatorios fue el contagio de coronavirus del director de la Procuraduría Especializada de Persecución Administrativa (Pepca), Wilson Camacho, quien lleva más de una semana que se incorporó a sus labores en el órgano persecutor del crimen.
Este viernes, los antedespacho de los citados procuradores adjuntos parecían desolados, a pesar de que la Procuraduría está apoderada de la investigación del alegado fraude cometido en las Empresas Distribuidoras de Electricidad, donde alegadamente se defraudó al Estado dominicano con alrededor de 30 mil millones de pesos.
Se estima que en ese proceso sean escuchadas cerca de cien personas entre imputados, encargados de los departamentos de compras, contrataciones y licitaciones de las empresas distribuidoras de electricidad del Este, Sur y Norte.
También serán interrogados proveedores y empleados de las tres empresas, con lo que se determinaría si serían encartadas otras personas en el expediente por corrupción denunciada por el vicepresidente de las Ede y secretario del Consejo Unificado de esas compañías, Andrés Astacio.