Editorial

 Sin escrúpulos

 Sin escrúpulos

Una mentada Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha denunciado que en República Dominicana se producen  deportaciones sumarias de  ciudadanos extranjeros y nativos atendiendo a sus “características fenotípicas” o por  “el color más oscuro de la piel”, por lo que reclama que una corte supranacional obligue al Gobierno a reconocer públicamente que ha violado derechos y a erradicar tipos de controles migratorios basados en perfiles raciales.

Esa comisión, que se dice dependiente de la Organización de Estados Americanos (OEA), sugiere que en vez de  repatriar a indocumentados, las autoridades  nacionales deberían permitir el regreso de los expulsados, proveerlos de nacionalidad dominicana y pagar una indemnización  a las víctimas.

De nuevo, el Estado será sometido por ante la Corte Interamericana bajo la acusación de que  expulsó a 27 personas, incluidos diez menores por la sola razón de que poseían rasgos fenotípicos o un color “más oscuro”, como si  la  fisionomía en la población dominicana  fuera compatible con el ADN de la raza aria.

Tan burda acusación coincide con  la intención del Gobierno dominicano de  aplicar el reglamento de la Ley de Inmigración que incluye  la nacionalización del empleo y efectivo control migratorio en la frontera, medidas cautelares que  se aplican en todas las naciones del continente que  administran fronteras terrestres.

A reservas de  poder establecer si las autoridades de Migración incurrieron en exceso al proceder a deportar a extranjeros indocumentados,  la acusación  de racista que  vierte esa mentada comisión  al Estado dominicano es absolutamente inaceptable por  burda, mentirosa, carente de asidero jurídico y porque tiene la  etiqueta de chantaje.

Esa gente sabe que  el Gobierno dominicano ha sido solidario, generoso, comprensivo y respetuoso  frente a sus vecinos, lo que ha  llevado a  aplicar  una  dilatada política de tolerancia  de la migración ilegal, sin que  la inmensa población haitiana que pernocta  al lado este de la isla sufra ningún tipo  de persecución u hostigamiento basado en prejuicios raciales o por razones de poseer “ piel más oscura”.

No se niega la posibilidad de que se produzcan casos aislados de abusos en que incurren autoridades contra ciudadanos  haitianos, dominicanos o de cualquier otra nacionalidad, como ocurre en Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, España y en muchas otras partes,  cuya sanción está prevista en los ordenamientos jurídicos nacionales.

La Cancillería dominicana está en la obligación de  rechazar con todo vigor esta nueva embestida de  comisiones  foráneas sin calidad moral para pretender manchar el honor de una nación libre, soberana e independiente, cuando no  han tenido escrúpulos ni valor para afrontar violaciones de tintes raciales  a derechos humanos en Estados Unidos y de carácter político en Centroamérica.

El Nacional

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