Editorial

 Sobran razones

 Sobran razones

Sobran las razones  históricas que obligan a la población a mantenerse ojo avizor ante  cualquier proyecto de cooperación extranjera que involucre  control territorial o soberanía política, por lo que es comprensible la preocupación externada por diversos sectores en torno  a la construcción  con fondos estadounidenses de un destacamento naval en la isla Saona.

La embajada de Estados Unidos ha señalado que  en  la construcción de esa instalación ni en su operación habrá personal militar de esa nación, cuyo gobierno  sólo se limitaría a proveer los fondos  que serán  supervisados por  el  Gobierno dominicano.

La construcción de un muelle y  una estación naval en la Saona constituye una obra  de ingeniería y militar de trascendencia estratégica en los afanes de la Marina de Guerra por controlar la frecuencia de  viajes ilegales a Puerto Rico o de trasiego de drogas y armas desde y hacia Borinquen.

Se entiende que Estados Unidos  ha accedido a proveer los  fondos para la construcción de  esa estación  de uso militar porque se corresponde también con el propósito de frenar migración ilegal y  contrabando de  cocaína hacia su territorio, por lo que se trata de un mutuo interés basado en recíproca cooperación.

El Gobierno, por intermedio del ministro de Planificación y Desarrollo, Temístocles Montás, ha ofrecido seguridades de  que la construcción de un muelle y una estación naval con fondos estadounidenses en la isla Saona  no representa enajenación alguna del territorio nacional.

Aun así, no está de más que  el Congreso, como lo han solicitado dos diputados del partido oficial, monitoree cuidadosamente  tal iniciativa, que a primera vista no parece representar peligro para  la soberanía territorial o política.

El Gobierno  dominicano, por intermedio de su embajador en Washington, Aníbal de Castro, ha reclamado ante un comité  del Senado de Estados Unidos, que esa nación incremente  su  cooperación para que las autoridades dominicanas puedan combatir de mejor manera  el auge del narcotráfico.

Lo que se construye en la isla Saona debe  quedar bajo absoluto control de la Marina de Guerra para que de verdad  se convierta en una inestimable cooperación  de Estados Unidos a República Dominicana y no haya motivo para sospechar la posibilidad de que  se trate de una iniciativa  encaminada a enajenar  ni  siquiera un milímetro del territorio nacional.

El Nacional

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