Ignorando las recomendaciones de las autoridades sanitarias y como en otras ocasiones de feriados largos, miles de personas abarrotaron las principales playas y clubes de recreo durante el fin de semana, sin usar mascarilla ni respetando el distanciamiento físico, tal cual se hacía antes de que la pandemia de la covid-19 pusiera de rodillas la ciencia médica durante más de un año.
Los especialistas habían advertido que si la gente no creaba conciencia sobre los riesgos a que se expone al violar los protocolos sanitarios, puede que nos enfrentemos a un rebrote de coronavirus a partir de la segunda semana de abril.
Aunque después que el problema surge, la solución debe ser colectiva, la realidad es que la irresponsabilidad de algunos y la falta de conciencia de otros podría provocar que las autoridades dominicanas pierdan el control de la pandemia y que vuelva a elevarse el pico de los contaminados.
Los que participaron en jolgorios, “teteos” y otras francachelas de manera desafiante violando todas las normas y recomendaciones de las autoridades estuvieron tentando la suerte más allá de lo prudente.
Sin embargo, ya no se puede hacer nada sobre las trusas mojadas ni el alcohol consumido.
Ahora lo que toca es vigilar, tal guinea tuerta, el comportamiento de nuestro entorno, de modo que ante el primer síntoma de coronavirus que se note en algún cercano, obligarlo a recurrir al médico, a fin de evitar un rebrote de nuevos casos, que tiren por la borda el trabajo de las autoridades para controlar esta pandemia.

