Tomás Pinales Figuereo, quien nació el 31 de marzo de 1906, dos meses después de la fecha en que se inició el gobierno de Ramón Cáceres festejó el sábado su 106 cumpleaños, en medio de la algarabía de sus diez hijos, 92 nietos y dos bisnietos.
Don Tomás, a quien sus allegados y amigos llaman Putico y La Miel dice sentirse vigoroso para vivir varios años más, explicando que los miembros de su familia tienden a vivir muchos años, como José Pinales (Nenito), su primo que tiene 93 años.
Nació en Haina, en el kilómetro 18, en lo que hoy se llama Itabo, donde está la Refinería Dominicana de Petróleo, en una familia de nueve hermanos de los cuales sólo quedan él y Evaristo.
Sus 106 años de vida fueron celebrados en la calle Jimaní, número 125 en el ensanche Espaillat, por miembros de esa destacada familia de la que forman parte Melanio Paredes, ex ministro de Educación, y Rolando Guante, cronista deportivo de El Nacional.
Antes se vivía mejor, dijo don Tomás al ser preguntado sobre la diferencia entre los tiempos modernos y la época en que nació, pese a que no existía tanta comodidad como ahora.
Recordó cuando trabajaba en el ingenio Río Haina, a principios de la década de 1950, donde estuvo a punto de perder el dedo pulgar de la mano derecha en un accidente.
El apodo de La Miel le viene por la dulzura que destilaba con todo el mundo, especialmente con las mujeres, y lo de Putico no hay que explicarlo pese a que no era dado a ingerir alcohol ni muy aficionado al baile.
Eso sí, fumaba mucho, aseguró su hija Ramona, con quien vive actualmente, quien relató que su padre abandonó el cigarrillo hace 14 años, cuando sufrió una enfermedad pulmonar.
Don Tomás es padre de Nicanor, Adelaida, Paulino, Daniel, Carmen, Ramona, Joaquín, Lidia, Miladys, y Altagracita, todos vivos, quienes le han brindado 92 nietos y dos bisnietos.
Pese a sus 106 años, don Tomás no cambia su rutina diaria, come de todo incluyendo sus tres comidas diarias normales como cualquier joven, se acuesta y se levanta muy temprano.