Todavía retumban unas declaraciones del ministro de Economía, según las cuales para cumplir con leyes como la que asigna un 4% del Presupuesto a Educación había que abocarse a una reforma fiscal. Y todo porque, desde su punto de vista, no había espacio para incrementar los ingresos a través del endeudamiento externo, que consideró muy elevado. Sólo para pago e intereses de la deuda habrá que destinar en el presupuesto de 2013, según Temístocles Montás, alrededor de un 40 por ciento del monto.
Pero la partida complementaria por 51, 11,680.801 millones de pesos, primero, y otros 19,224, después, sugiere que el funcionario hablaba a título personal o que sus bonos están muy devaluados en el Gobierno. Los ingresos no son sustentados en un incremento de las recaudaciones, sino precisamente en ese endeudamiento que había satanizado.
Y los 8 millones que se asignan al Ministerio de Economía de alguna manera comprometen a su titular en la elaboración de la pieza. La confusión no se queda únicamente en ese aspecto. Como otras partidas, en el proyecto no se explica la necesidad de los recursos. No se sabe, en consecuencia, si son para talleres o seminarios o para garantizar la participación en cónclaves internacionales.
Al margen de la confusión generada por el papel del ministro de Economía, la verdad es que un presupuesto complementario, presentado tan pronto concluyeron las elecciones y antes del primer semestre del año, ha debido discutirse antes que imponerse. Con una mayoría congresual que no ha sabido guardar siquiera las apariencias el proyecto está llamado a aprobarse sin objeción alguna.
El proyecto autoriza al Ministerio de Hacienda a concertar créditos por 1,599 millones de dólares y 10.9 millones de euros para apoyo presupuestario y obras. Pero también se incluye una ley de bonos por 500 millones de dólares para subsidiar el conflictivo sector eléctrico.
¿Cuál es la necesidad real de más ingresos? ¿Acaso la campaña electoral agotó el presupuesto de las entidades a las que se asignan más recursos o realmente hubo errores de cálculo? El nivel de las recaudaciones de que se ha dado cuenta indica que el problema no ha venido por ese lado. Pero las cifras y las mismas declaraciones oficiales se prestan a confusión.
En el informe sobre la ejecución presupuestaria de 2011, la Cámara de Cuentas dice haber encontrado evidencias de deficiencia e incumplimiento en los registros de ingresos y egresos, gastos y deuda pública, entre las que citó una desviación de 18.1% por encima de la meta proyectada del déficit. Cita, además, que no se incorporaron unos 3,400 millones de pesos en ingresos tributarios.
Habida cuenta de que según la entidad la falta de controles son recurrentes solicitó al Congreso Nacional que fundamentado en su rol legislativo implemente la aprobación y aplicación de reglas tendentes a fortalecer y garantizar la disciplina y el cumplimiento de las normales fiscales. El proyecto complementario crea más confusión, sobre todo después de la advertencia que había hecho el ministro de Economía sobre el astronómico nivel del endeudamiento público.

