El presidente Hugo Chávez viaja de nuevo a Cuba para someterse a otra cirugía de extirpación de un tumor posiblemente maligno que le afloró en el lugar donde hace meses le fue extirpada una tumoración cancerígena en un hospital de La Habana.
La mala nueva fue revelada por el propio mandatario venezolano, quien ha pedido a sus colaboradores mantener informada a la población sobre su estado de salud, aunque advirtió a sus adversarios políticos que no me estoy muriendo.
El deterioro de la salud de Chávez coincide con la relativa cercanía de las elecciones presidenciales, en las que el líder de la Revolución Bolivariana procura optar por un nuevo mandato, aunque la oposición política ya reclama que sea sustituido como candidato presidencial.
La noticia sobre la aparición de un nuevo tumor en la anatomía del presidente Chávez se recibe con pesar en toda América Latina, donde el jefe de Estado venezolano ha sabido cultivar una auténtica solidaridad continental basada en el respeto y la autodeterminación de los pueblos.
Puede decirse que sin enajenar el patrimonio de Venezuela, Chávez inauguró en la región una modalidad o sistema de cooperación incompatible con el viejo esquema de dominación imperial en el cual la cooperación supone sumisión.
El emblemático Acuerdo Petrocaribe constituye hoy por hoy el mejor referente de cooperación Sur-Sur, mediante el cual una nación productora de petróleo facilita crédito a largo plazo a otros países en vías de desarrollo para evitar que sucumban a causa de los altos precios de esa materia prima.
Petrocaribe no significa forma alguna de enajenación o dispendio de un recurso vital de Venezuela, sino una forma de negocio solidaria que además de aliviar la situación económica y fiscal de naciones pobres, consolida un ahorro nacional para las futuras generaciones de venezolanos.
Gracias al espíritu solidario del presidente Chávez, Venezuela se ha convertido en el principal acreedor de República Dominicana, al suministrar créditos en petróleo por casi tres mil millones de dólares, a una tasa de un dos por ciento anual y plazo de 25 años, generosa concesión sin la cual no sería posible la gobernabilidad.
Los dominicanos se unen hoy a la cadena de oración por la definitiva recuperación de la salud del presidente Hugo Chávez, gran amigo y continuador de la proverbial relación entre la patria de Duarte y la de Bolívar.

