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Un grano de poesía sazona un siglo

Un grano de poesía sazona un siglo

Rubén Darío

Sentados a la mesa están los comensales; para los comelones del mundo se hace esta fiesta, para los que comen hoy y mañana serán devorados; todo lo creado es una comida servida para todos. La sazón del ser es comer y ser comido, en el banquete, allá en donde se le sirve la vida y la muerte como plato del día, allí en el mismísimo centro de la mesa en donde toda hambre será saciada.

Historia y comida

La historia del mundo, es la historia de un gran estómago, escribe Julio Vega Batlle, en su novela Anadel; la novela de la gastrosofía; griegos y romanos, europeos y africanos, asiáticos, caribeños y dominicanos se definen alrededor de un olor, de un sazón y de un sabor:

Ahora bien propósito de historia, nuestra gastronomía, al igual que todas las del universo, tuvo su origen en el fogón y el caldero familiar.

Los relatos de cronistas de india, dejan constancia que los españoles sobrevivieron gracias a la cocina de las indígenas que tenían como barraganas que le garantizaban la supervivencia con sus sazones y sabores culinarios.

Escriben Marcio Veloz Maggiolo y Hugo Tolentino Dipp en el libro gastronomía dominicana, historia del sabor criollo.

Filosofía y comida

Platón fue el primero en comparar, la filosofía a la comida, apreciaba el momento de comer, como experiencia en donde pensamiento y vida, cuerpo y espíritu se integraban en un instante.

Epicuro en su jardín, Kant en sus largas en intensas sobremesas, en donde se sentaba a la mesa toda la filosofía alemana, que alguien identificó con sabores: los dulces, Pitágoras, Platón y los neoplatónicos, los salados Descartes, Walter Benjamín y la escuela de Francfort, los ácidos, Hegel, Marx y, Nietzche, los amargos Soren Kierkegaard, Jean Paul Sartre, Emil Ciorán etc., establecen un vínculo indisoluble entre filosofía y comida.co

Arte y comida

La comida es color y al color va, la comida es sabor y al sabor va, la comida es olor y al olor va, la comida es arte para los sentidos hecha con los sentidos y desde los sentidos. El arte se alimenta de la comida, y la comida del arte.

La gastronomía dominicana al igual que la del mundo tuvo su origen en el fogón familiar.

La novela, la pintura, la música, la poesía, el teatro, el cine, están llenos de referencia a la comida. Rabelais, Gargantúa y Pantagruel, Shakespeare, El Satiricón de Petronio, El Banquete de Trimalción, El Ulises de Joyce, Paradiso y los banquetes lezamianos, Vásquez Moltalbán, Anadel la novela de la gastrosofía, es comida hecho arte y arte hecho comida: “Lograste decorar, vuestra mesa con arroz blanco y oscuro picadillo, Orondos huevos fritos con tomate, el solemne aguacate y el rubicundo plátano amarrillo..”

Y la boca se hace agua y todo el ser se sazona de placer al leer el poema de Nicolás Guillén:
Epístolas a la señora Lugones; y el arte y la poesía se hacen comida; puro sazón de ser.

El autor es creativo.

El Nacional

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