Los sistemas o modos de producción, sea el primitivo, el esclavista, el feudalista o el capitalista no se refieren solamente a la forma de producir los bienes materiales en su respectiva época sino a una totalidad formada por una estructura ideológica, una jurídico-política y otra económica que es la dominante en última instancia. Esto último significa que por períodos cortos, largos o intermedios puede prevalecer cualquiera de los otros niveles. En el imperio griego y el romano predominó la política y en el feudalismo la religión.
En el capitalismo es cuando mas ha brillado lo económico aunque también ha tenido sus pausas. Durante la pandemia se le dio prioridad a la salud por un instante, pero el sistema productivo y la cadena de suministro se estaban resintiendo y Trump decretó reabrir la economía. Las opiniones contrarias llovieron, pero poco después las actividades comerciales e industriales fueron reiniciadas tanto en USA como en el resto del mundo.
Mas allá de lo económico, el dominio de USA sobre las demás naciones ha sido geopolítico a través de intervenciones abiertas y encubiertas, sanciones, guerras, invasiones, bases militares y, alianzas militares como la OTAN, la manzana de la discordia con Europa. La misma contempla invertir el 2% de su PIB en defensa para cada miembro con el propósito de tener armamento suficiente para contrarrestar en conjunto cualquier ataque contra uno de ellos.
Desde su fundación a la fecha, pocos han honrado ese porcentaje y los resultados de su guerra proxy con Rusia les está pasando factura. Sus almacenes de armas se han vaciado y Ucrania ha perdido más del 20% de su territorio. Quieren prolongar el conflicto bélico, pero los fuertes desequilibrios macroeconómicos de USA y el alto costo de su obsesión por ser la única superpotencia obligan a darle prioridad a la economía interna sobre la geopolítica. La deuda supera el 120% de su PIB, el déficit fiscal es igual al 6.4% y el de comercio exterior es un 3% del PIB.
Uno de los instrumentos que está implementando Trump para corregir esas distorsiones es el aumento de los aranceles a las importaciones. Aparte de todo el revuelo causado, las interpretaciones inflacionarias y malos augurios de recesión, se piensa que el objetivo principal es recabar dinero. Pero no, la idea es devaluar el dólar, hacer las exportaciones más competitivas y bajar los intereses de la deuda.
La otra estrategia es combinar el liderazgo internacional con beneficios económicos. Trump está admitiendo la realidad del mundo tripolar dándole la bienvenida a Rusia como la tercera fuerza después de China. De paso le saca provecho económico porque aun con las sanciones mantiene un superávit comercial de 341 mil millones de dólares con ese país y un déficit de proporciones similares con la Unión Europea (UE). El cuarto lugar queda para la UE con más peso mediático que geopolítico.
Por: José Café
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