La vacuna contra la covid-19 parece cada día más cerca. Se trata de una noticia alentadora frente a una pandemia cuyo curso es todavía impredecible.

El problema con la vacuna está en la lucha entre los laboratorios farmacéuticos y, por supuesto, en el ingrediente político.

Si bien las firmas han asegurado que no buscan sacar beneficios durante la pandemia, se trata de una garantía que está por verse. Emma Walmsley, directora ejecutiva de GlaxoSmith Kline, adelantó que la compañía desarrolla un adyuvante para potenciar la respuesta inmunológica de la vacuna a fin de acelerar la producción.

Ejecutivos de otras firmas coinciden en que es prioritario buscar soluciones sin pensar en beneficios. La vacuna, que antes de encontrarse se ha convertido en un motivo de discusión, debe ser para todos, sin reparar en condición social.

El temor de que la disputa retrase la salida del medicamento es más que fundado, al margen de las garantías ofrecidas por los grandes laboratorios.

El pulso político y hasta económico entre potencias como China y Estados Unidos plantea mucha incertidumbre sobre las investigaciones para enfrentar la pandemia.