Jugadores, directivos, dirigentes y asistentes de los campeones del club Bameso. Desde la izquierda, Alberto Castro, Renzo Germán, Carlos Banks, Miguel Dicent, Trahson Burrel, Víctor Liz, Edward Santana, Miguel Simón, Fausto Pichardo, Jean Quezada, Víctor Suarez, Yoel Féliz. Abajo, Luixander Blanco, David Peguero, Henrry Ortiz, Manuel Montero, Mickol Mendoza y Dumbo, el aguatero.
Nadie nos dijo que veníamos a gozar de esta vida”.
Cesare Pavese
“El placer supremo es obtener lo que se anhela”.
Tales
“Todo placer esperado es mayor que el obtenido”.
Pietro Metastasio
El cibaeño Víctor Liz llegó a la capital con el firme propósito de que Bameso ganara el Torneo de Baloncesto Superior del Distrito Nacional. Y lo logró.
Fue el héroe indiscutible de los bamesianos, escogido el Más Valioso de la serie regular y de la final.
Liz se echó encima al conjunto de Bameso, acompañado principalmente del refuerzo Trahson Burrel, Miguel Dicent, Edward Santana y Fausto Pichardo.
Víctor se ganó el cariño de los fanáticos del Bameso y simpatizantes de otros clubes que disfrutaron durante todo el torneo de sus extraordinarias jugadas, su agresividad y motivación a sus compañeros. Liz tiene el corazón del tamaño del monumento de Santiago.
Se ganó justos reconocimientos en los programas deportivos y en especial en las redes sociales, donde él mismo escribía a diario muchos comentarios que buscaban descontrolar psicológicamente a sus contrarios y darle fuerza a sus compañeros. Sencillamente, el capitán de la selección nacional fue sensacional, se robó el show de inicio a fin.
Víctor Liz encestó de todos los ángulos. Defendió y puso a los seguidores del Bameso a gozar con triunfos resonantes.
Santiago tiene un hijo que también es un héroe en la capital.
Hasta mañana, si Dios